Los profesores no numerarios

A propósito de su editorial La huelga de los profesores no numerarios, y al margen de otras muchas observaciones sobre la razón de sus argumentos, estimo se hace preciso aclararles un desliz tan inoportuno como desafortunado en torno a la labor universitaria de los profesores ayudantes.No resulta extraño que después de recordarnos la irracional clasificación del penene, establecida por la propia Administración y a lo que se ve refrendada por su opinión al situarnos aleatoriamente en tareas de vigilancia, corrección de exámenes o docencia en algunas clases prácticas, desaparez...

A propósito de su editorial La huelga de los profesores no numerarios, y al margen de otras muchas observaciones sobre la razón de sus argumentos, estimo se hace preciso aclararles un desliz tan inoportuno como desafortunado en torno a la labor universitaria de los profesores ayudantes.No resulta extraño que después de recordarnos la irracional clasificación del penene, establecida por la propia Administración y a lo que se ve refrendada por su opinión al situarnos aleatoriamente en tareas de vigilancia, corrección de exámenes o docencia en algunas clases prácticas, desaparezcamos en las tinieblas como si con nosotros nada tuviera que ver todo lo que se dice respecto a la situación del profesorado universitario.

Así, el desconocimiento que se muestra sobre las funciones y responsabilidades de los profesores ayudantes raya en la "crasa ignorancia". En principio le diré que nuestro contrato establece un total de dieciocho horas de docencia en clases prácticas, lo que dista mucho de ese "algunas" que se señalan. De ahí a las 42 que marca la "exclusiva" quedan muchas horas de dedicación semanal a otras funciones universitarias, especialmente las de investigación, actividad esta que, por lo que se ve, olvidan tan alegremente como la Administración (¿será por algo?).

Y todo ello a cambio de las retribuciones más bajas de todo el profesorado, no sólo universitario, sino de otros niveles educativos, y eso aun cuando, aparte de la licenciatura, se haya realizado la tesina o en algunos casos la tesis doctoral. Si a esto añadimos una realidad que observa cómo muchos ayudantes suplen las asignaturas de sus titulares (perdidos en otras pluriactividades más rentables, a pesar de su "dedicación exclusiva" a la universidad) o en algunos casos son encargados de ellas con las atribuciones de cualquier otro profesor, es fácil comprender cómo nuestra situación no tiene nada que ver con la que nos atribuye el articulista, haciendo gala de un clasismo muy propio de etapas trasnochadas./ Profesor ayudante universidad.