Un centenar de terroristas 'arrepentidos' está colaborando con la policía italiana

Más de cien ex militantes de las Brigadas Rojas, el grupo terrorista italiano de extrema izquierda, están colaborando con la justicia y a ellos se deben en gran parte los éxitos que está obteniendo la policía italiana en su lucha contra el terrorismo.Ayer fue liberado el primero de estos arrepentidos, Carlo Fiorone, de 39 años, profesor de universidad, que había sido condenado a veintinueve años de cárcel por haber asesinado a un amigo para obtener dinero a favor de las Brigadas.

Fiorone fue el gran acusador del catedrático de Padua y especialista internacional de marxismo Toni N...

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Más de cien ex militantes de las Brigadas Rojas, el grupo terrorista italiano de extrema izquierda, están colaborando con la justicia y a ellos se deben en gran parte los éxitos que está obteniendo la policía italiana en su lucha contra el terrorismo.Ayer fue liberado el primero de estos arrepentidos, Carlo Fiorone, de 39 años, profesor de universidad, que había sido condenado a veintinueve años de cárcel por haber asesinado a un amigo para obtener dinero a favor de las Brigadas.

Fiorone fue el gran acusador del catedrático de Padua y especialista internacional de marxismo Toni Negri, que sigue aún en la cárcel. Fue él quien entonó el primer mea culpa en el campo del terrorismo de la extrema izquierda. Después le ha seguido una larga letanía.

El último de los pisos francos localizado por las fuerzas de orden público es el mayor arsenal de armas y municiones descubierto hasta ahora.

El polvorín estaba situado en las colinas del Montello, en la provincia veneciana de Treviso, y era el arsenal de la columna veneciana de las Brigadas. La información la dio Antonio Savasta, carcelero del general Dozier, y por ahora último arrepentido.

Junto con las armas, casi todas francesas y soviéticas, envueltas en periódicos árabes, han sido capturadas otras quince personas a las que se acusa de pertenecer a las Brigadas Rojas.

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Y en toda Italia las órdenes de detención han llegado ya a las trescientas.

¿Una caza de brujas? Alguien lo pensó ayer, sobre todo al difundirse la noticia de la detención por sospechas de terrorismo del responsable de las relaciones internacionales del sindicato socialista republicano UIL, Luigi Scricciolo.

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