El problema vasco

La definitiva erradicación de la sangre en el País Vasco necesita ineludiblemente del esfuerzo de todos los estamentos vascos en particular y españoles en general, Los políticos y la policía, solos, por bien que lo hagan, dificilmente podrán erradicar el terrorismo.El terrorismo es un monstruo que necesita respirar. Si es muy difícil destruirlo directamente (acción policial), dejémosle sin oxígeno (acción política, cultural, económica y religiosa).

Es misión de los políticos y de la policía afinar en sus actitudes. Sólo quiero decir que los políticos deben solicitar, favorecer, impulsar...

La definitiva erradicación de la sangre en el País Vasco necesita ineludiblemente del esfuerzo de todos los estamentos vascos en particular y españoles en general, Los políticos y la policía, solos, por bien que lo hagan, dificilmente podrán erradicar el terrorismo.El terrorismo es un monstruo que necesita respirar. Si es muy difícil destruirlo directamente (acción policial), dejémosle sin oxígeno (acción política, cultural, económica y religiosa).

Es misión de los políticos y de la policía afinar en sus actitudes. Sólo quiero decir que los políticos deben solicitar, favorecer, impulsar constantemente, decididamente, las acciones de otras fuerzas sociales. Aunque ello suponga reconocer su impotencia, aunque ante la sociedad queden como lo que son: como alguien que influye en la vida pública, no como quienes la determinan. Aunque ello suponga bajar def pedestal desde, el que creen dirigir el mundo.

Los políticos lo han probado casi todo. Los medios culturales casi no han hecho nada.

El terrorismo ETA necesita, se apoya, en el sentimiento independentis ta de muchos vascos. Con certeza, antes se acabará con el terrorismo si los intelectuales, los periodistas, los medios de comunicación, la escuela, logran acercar al vasco al resto de los españoles. Deben demostrar la falsedad de la idea-sentimiento de que el pueblo vasco es perseguido y explotado por sus vecinos españoles. Se debe desenmascarar y ridiculizar cierto racismo que impunemente campea por allí.

Y se facilitaría enormemente la lucha antiterrorista si empresarios y trabajadores con riesgo, renuncia y valentía, día a día, en un gran esfuerzo colectivo, poco a poco, fueran capaces de crear un clima socio-económico atractivo para la inversión y el trabajo. Se estaría venciendo al estado de insatisfacción personal y social que tanto favorece la existencia de la violencia.

Todavía es hora de salvar algunas vidas. Menos hombres habrán de morir si desde los púlpitos se condena claramente el racismo, la discriminación, el odio; se llora por el vil y cobarde asesinato de un semejante./