Walesa "sólo" quería una Polonia mejor que la anterior al golpe

Lech Walesa anhelaba, días antes del golpe militar del general Wojciech Jaruzelski, "simplemente, una Polonia mejor que la actual", según la entrevista que publica esta semana la revista Time con el máximo dirigente de Solidaridad. El semanario norteamericano ha nombrado a Walesa hombre del año y le dedica la portada de su último número.En la entrevista, concedida a Time antes de que la ley marcial fuera impuesta en Polonia, Walesa insiste en la importancia de la religión, tanto para él como para el pueblo polaco. "Yo no podría luchar si no fuera creyente", asegura.
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Lech Walesa anhelaba, días antes del golpe militar del general Wojciech Jaruzelski, "simplemente, una Polonia mejor que la actual", según la entrevista que publica esta semana la revista Time con el máximo dirigente de Solidaridad. El semanario norteamericano ha nombrado a Walesa hombre del año y le dedica la portada de su último número.En la entrevista, concedida a Time antes de que la ley marcial fuera impuesta en Polonia, Walesa insiste en la importancia de la religión, tanto para él como para el pueblo polaco. "Yo no podría luchar si no fuera creyente", asegura.

El líder sindical recuerda que las autoridades polacas le han ofrecido numerosos "puestos confortables", que jamás ha aceptado pues prefiere "luchar por mi causa. La Iglesia me ayuda en este empleo. Sin ella, caería y perecería, pues me encuentro tremendamente cansado".

El sentimiento religioso de los polacos, en opinión de Walesa, proviene del hecho de que "durante miles de años Polonia ha estado considerada como un tablero de ajedrez, en el que los polacos no eran más que peones... Siempre salíamos perdiendo. Todo el mundo estaba contra nosotros".

En relación al periodo de dominio comunista de su país, Lech Walesa recuerda que los polacos "han recibido la orden de ser ateos; el ateísmo nos ha enseñado lo que ha venido a ocurrir: toda la nación, prácticamente, es religiosa. Hemos aprendido buenas cosas en una mala escuela".

Desdén por el poder

Walesa recalca en la entrevista su desdén por el poder. "Le he dicho a mi esposa que no podría soportar esto (su protagonismo sindical) más allá de cuatro años... No me gusta, pues no quiero acabar con mi salud y con mi vida... Es algo que no está hecho para mí. La gente me aclama y me aplaude; mañana me puede arrojar piedras. Yo entiendo la vida de otra forma"."He llegado a la conclusión de que el papel de dirigente no constituye una fuente de satisfacción", afirma, para añadir: "Yo he saboreado el poder, lo que considero un gran honor, y ahora deseo retirarme, pacíficamente, para observar (este periodo), distraerme e irme a pescar con mis hijos".