Pausa navideña en la crisis polaca

Críticas a la moderada reacción de Bonn

El Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA) ha reaccionado con suma cautela y moderación ante la situación en Polonia, por el temor de que una declaración sobre el tema o la adopción de represalias empeore la situación. Este silencio del Gobierno y de los políticos más destacados de la socialdemocracia alemana, y sobre todo de su presidente, Willy Brandt, ha provocado recelos y hasta acusaciones de que "ya en el pasado hubo un pacto entre Hitler y Stalin a costa de Polonia".La crisis polaca sorprendió al canciller federal, el socialdemócrata Helmut Schmidt, en el lugar menos adecuado...

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El Gobierno de la República Federal de Alemania (RFA) ha reaccionado con suma cautela y moderación ante la situación en Polonia, por el temor de que una declaración sobre el tema o la adopción de represalias empeore la situación. Este silencio del Gobierno y de los políticos más destacados de la socialdemocracia alemana, y sobre todo de su presidente, Willy Brandt, ha provocado recelos y hasta acusaciones de que "ya en el pasado hubo un pacto entre Hitler y Stalin a costa de Polonia".La crisis polaca sorprendió al canciller federal, el socialdemócrata Helmut Schmidt, en el lugar menos adecuado: en medio de su viaje a la República Democrática Alemana (RDA). Schmidt no suspendió el viaje y desde entonces, aparte una declaración ante el Parlamento en Bonn de "yo estoy con los trabajadores polacos", el Gobierno federal alemán calla ante la situación polaca.

Bonn ha hecho oídos sordos a las sugerencias y presiones norteamericanas, a través del enviado de Washington, Lawrence Eagleburger, de cortar todas las ayudas financieras a Polonia, cerrar los puntos estatales de ayuda humanitaria y cortar el acceso de Polonia al Fondo Monetario Internacional.

El Gobierno de Bonn prefiere evitar todo lo que pueda ser interpretado en Polonia como una provocación y una injerencia en los asuntos internos del país. Bonn no se fía de las informaciones alarmistas procedentes de viajeros o rumores, y considera que el general Jaruzelski controla la situación con una mínima intervención del Ejército. El número de muertos se cifra entre sesenta y setenta, el de presos entre 5.000 y 10.000, y también se cree que el mariscal soviético Víctor Kulikov abandonó Polonia el pasado día 17 ante la buena marcha de las operaciones.

Willy Brandt, presidente de la Internacional Socialista y del Partido Social Demócrata (SPD), casi no ha abierto la boca sobre el tema Polonia, lo que ha provocado incomodo en otros partidos socialistas y socialdemócratas europeos. En el semanario del SPD, Vorwaerts (Adelante), el estrecho colaborador de Willy Brandt y arquitecto de la ostpolitik, Egon Bahr, escribe esta semana en primera página que mantener una solidaridad por la paz y el control de los cohetes atómicos intercontinentales es más importante que Polonia.

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