Los asesinos de un trabajador en paro justifican su acción en que utilizaba drogas

Más de medio millar de personas asistieron ayer por la tarde, en Hernani (Guipúzcoa), al funeral de cuerpo presente por el alma de Antonio Murillo, asesinado en la madrugada del viernes cuando regresaba a su domicilio. La autoría del atentado ha sido reivindicada por un llamado Grupo Autónomo de Autodefensa de Euskadi (GAAE), desconocido hasta ahora, que relaciona al trabajador asesinado con el tráfico de drogas.El funeral se celebró a las seis de la tarde en la parroquia San José Obrero, del barrio La Florida, en que reside la familia de Antonio Murillo. El público llenó prácticamente el temp...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Más de medio millar de personas asistieron ayer por la tarde, en Hernani (Guipúzcoa), al funeral de cuerpo presente por el alma de Antonio Murillo, asesinado en la madrugada del viernes cuando regresaba a su domicilio. La autoría del atentado ha sido reivindicada por un llamado Grupo Autónomo de Autodefensa de Euskadi (GAAE), desconocido hasta ahora, que relaciona al trabajador asesinado con el tráfico de drogas.El funeral se celebró a las seis de la tarde en la parroquia San José Obrero, del barrio La Florida, en que reside la familia de Antonio Murillo. El público llenó prácticamente el templo. Junto al féretro se colocaron coronas de flores de organizaciones locales y grupos de amigos del joven fallecido. Otra corona había sido enviada por el Ayuntamiento de Puebla Reina (Badajoz), de donde era natural la víctima, que había emigrado a Euskadi con su familia hace años.

En la homilía, el sacerdote se refirió a la situación general de violencia y al olvido de la ley divina, que exige respetar la vida ajena. Pidió también perdón para los asesinos, a los que calificó de «probables peleles de las circunstancias».

Finalizada la ceremonia religiosa, el féretro con el cadáver de Antonio Murillo fue trasladado hasta el cementerio en un furgón. La mayor parte del público que había asistido al funeral acompañó a la comitiva, a pie, bajo un fuerte chaparrón.

El atentado que costó la vida a Antonio Murillo, trabajador sin empleo, se lo ha atribuido un Grupo Autónomo de Autodefensa de Euskadi, que acusa a la víctima de ser un camello, implicado en el tráfico de drogas. Amigos y conocidos de la víctima han negado esta afirmación, y han señalado que, en todo caso, se trataba de un consumidor, pero, no traficante.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En