El ministro de Defensa contestó a preguntas relacionadas indirectamente con el golpismo

El ministro de Defensa, Alberto Oliart, compareció ayer ante la Comisión correspondiente del Congreso de los Diputados y contestó a las preguntas de diputados de la izquierda sobre cuestiones militares, algunas de ellas indirectamente relacionadas con el golpismo. Respecto a la información solicitada sobre los hechos del 23 y 24 de febrero, apeló al próximo pase del sumario al Consejo Supremo de Justicia Militar, lo que aconsejaba no ofrecer una versión diferente de la judicial, por su propia naturaleza secreta.

Al comienzo de la sesión, el socialista Luis Solana dijo al ministro que UC...

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El ministro de Defensa, Alberto Oliart, compareció ayer ante la Comisión correspondiente del Congreso de los Diputados y contestó a las preguntas de diputados de la izquierda sobre cuestiones militares, algunas de ellas indirectamente relacionadas con el golpismo. Respecto a la información solicitada sobre los hechos del 23 y 24 de febrero, apeló al próximo pase del sumario al Consejo Supremo de Justicia Militar, lo que aconsejaba no ofrecer una versión diferente de la judicial, por su propia naturaleza secreta.

Al comienzo de la sesión, el socialista Luis Solana dijo al ministro que UCD le había hecho un mal favor «al no dejarle venir» el día anterior, para informar sobre el frustrado golpe de Estado. Oliart contestó que nadie le había invitado y que la Comisión de Defensa se había limitado a debatir sobre su comparecencia.Seguidamente, Solana recordó a Oliart la información publicada hace más de un año por EL PAÍS sobre la puesta en circulación por los servicios secretos de una acusación contra el director de este periódico, Juan Luis Cebrián, y otros periodistas, respecto a su supuesta colaboración con los servicios de la KGB. El diputado socialista puso en relación esta actitud con la ineficacia del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) en la prevención del golpe del 23 de febrero. Terminó felicitándose por el nombramiento del teniente coronel Alonso Manglano como director del CESID.

Alberto Oliart contestó que del CESID no salió ninguna documentación sobre Juan Luis Cebrián. Añadió que había solicitado de los servicios dependientes del Ministerio de Defensa información relacionada con aquellas acusaciones, y no la había.

A otra pregunta del mismo diputado sobre el proyecto FACA (Futuro Avión de Combate Aéreo), sin previo debate de los objetivos de nuestra defensa, y sobre el hecho de que se hayan descartado los aviones Mirage francés y Tornado inglés, Alberto Oliart contestó que el programa FACA se ha hecho para sustituir a los Phantom y a los F-4, que se han quedado obsoletos. Añadió que se decidió no comprar aviones franceses para no depender excesivamente de Francia, y que el Tornado inglés se rechazó por su precio y falta de eficacia.

Solana preguntó también sobre una reunión de miembros del Grupo Parlamentario Centrista con jefes militares para recabar información sobre nuestra entrada en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el coste de esta operación. Recriminó al ministro por no haber facilitado el acceso a esta información a otros grupos parlamentarios, a pesar de que las Fuerzas Armadas, según dijo, «son de todos». Oliart contestó que UCD, como partido del Gobierno, era lógico que tuviera acceso a más información que otros grupos. Recordó que a aquella reunión, a invitación del teniente general Gutiérrez Mellado, asistió el general Munilla y que no tenía inconveniente en facilitar las notas de lo tratado en ella, siempre que no tuvieran carácter de secretas.

El comunista Simón Sánchez Montero se interesó por los artículos publicados en el diario El Alcázar poco antes del frustrado golpe de Estado, firmados por el colectivo Almendros, a los que calificó de llamamiento y anuncio del intento golpista. El ministro de Defensa contestó que no podía dar los nombres y apellidos de los integrantes del colectivo citado, y que los artículos habían sido remitidos al fiscal general del Estado, quien ha formulado la correspondiente querella, así como se han incluido en el sumario del 23 de febrero. Añadió que continuaban las investigaciones para averiguar la identidad del colectivo. Sánchez Montero se lamentó de que los servicios secretos no hubieran podido descubrirla todavía, y Oliart respondió que le sorprendía que creyera más en los servicios secretos que en la judicatura.

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A otra pregunta del mismo diputado sobre el artículo firmado por el teniente general Fernando de Santiago en el mismo periódico, bajo el título Situación límite, Alberto Oliart contestó que la fuerza de la democracia consiste en admitir ideas contrarias. Informó que el citado artículo fue remitido al fiscal togado del Consejo Supremo de Justicia Militar, y este órgano dictó una resolución diciendo que no se deducían indicios de responsabilidad. Oliart recordó que, en todo caso, en el momento de la publicación de aquel artículo no existía una norma legal como la vigente ley de Defensa de la Constitución.

Libertad de expresión militar

El diputado socialista José Miguel Bueno criticó la normativa sobre libertad de expresión y actividades políticas y sindicales de los componentes de las Fuerzas Armadas, y su aplicación con criterios arbitrarlos y discrecionales. Puso como ejemplo la no respuesta del Ministerio de Defensa al recurso de queja presentado por el capitán Pitarch, tras la sanción que le fue impuesta por unas declaraciones a un semanario. Oliart aseguró que no había ningún recurso pendiente de resolución, pero que ordenaría las gestiones oportunas para encontrarlo y cumplimentarlo.El socialista catalán Julio Busquets preguntó sobre una conferencia en la Academia de Infantería de Toledo en la que se vertieron conceptos en contra del régimen vigente en España. La conferencia, pronunciada por el jefe de estudios de la Academia, coronel Gastón, suscitó su publicación en el periódico francés Liberation. El ministro de Defensa dijo que tenía el texto de la conferencia, en la que se dijeron muchas cosas que a él no le gustaban, pero que, en su conjunto, no era subversiva. Busquets no se mostró satisfecho con la respuesta, por entender que se habían vertido opiniones contrarias a la normativa legal.

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