Apremiantes llamamientos a la reflexión de los obispos polacos
El episcopado polaco ha dirigido, desde el Vaticano, apremiantes llamamientos «a la reflexión» a las autoridades de Varsovia y al sindicato independiente Solidaridad.Los obispos polacos, que en número de veintiuno participan en Roma en la reunión mundial del episcopado, piden a los dirigentes de Varsovia que se respeten los acuerdos firmados con los sindicatos independientes.
Tanto en el mensaje dirigido a las autoridades, como en el enviado a la dirección de Solidaridad, los obispos hacen un llamamiento a la «fe y a la reflexión», subrayando que este fue el contenido de las palabras di...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El episcopado polaco ha dirigido, desde el Vaticano, apremiantes llamamientos «a la reflexión» a las autoridades de Varsovia y al sindicato independiente Solidaridad.Los obispos polacos, que en número de veintiuno participan en Roma en la reunión mundial del episcopado, piden a los dirigentes de Varsovia que se respeten los acuerdos firmados con los sindicatos independientes.
Tanto en el mensaje dirigido a las autoridades, como en el enviado a la dirección de Solidaridad, los obispos hacen un llamamiento a la «fe y a la reflexión», subrayando que este fue el contenido de las palabras dirigidas por Juan Pablo II a la nación polaca con motivo de los funerales del cardenal primado Stefan Wyszinsky. Con ello parecen dar a entender que es la voz del Papa la que deben escuchar los polacos en estos críticos momentos.
El documento destinado a Solidaridad dice que «en la solución de los problemas es necesario utilizar sólo aquellos medios que no aparten a millones de polacos del papel que les ha indicado el Santo Padre, y que no pongan en peligro la independencia de la patria y las precedentes conquistas de Solidaridad».
La presencia en el Vaticano de un número de obispos polacos tan elevado, con motivo de la fiesta de Pentecostés, parece indicar que el Papa ha querido aprovechar la ocasión para celebrar una especie de sínodo nacional.