México rebaja su petróleo en cuatro dólares

La compañía estatal mexicana Pemex ha rebajado el precio de su crudo de exportación en cuatro dólares el barril, debido a «la sobreoferta existente en el mercado mundial». La baja, ya comunicada a los clientes, se hace por un período de un mes, con el anuncio explícito de que podrá ser revisada el 1 de julio. Dados los contratos existentes entre España y México (220.000 barriles diarios), esta reducción de precios puede suponer a nuestro país un ahorro de unos 880.000 dólares por día (ochenta millones de pesetas), es decir, unos 28.000 millones de pesetas anuales.

Este petróleo de expor...

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La compañía estatal mexicana Pemex ha rebajado el precio de su crudo de exportación en cuatro dólares el barril, debido a «la sobreoferta existente en el mercado mundial». La baja, ya comunicada a los clientes, se hace por un período de un mes, con el anuncio explícito de que podrá ser revisada el 1 de julio. Dados los contratos existentes entre España y México (220.000 barriles diarios), esta reducción de precios puede suponer a nuestro país un ahorro de unos 880.000 dólares por día (ochenta millones de pesetas), es decir, unos 28.000 millones de pesetas anuales.

Este petróleo de exportación está compuesto por una mezcla de crudos pesados y ligeros, en una proporción de sesenta a cuarenta. Su precio para el mes de junio se ha fijado en 30,60 dólares el barril, frente a los 34,60 que costaba hasta ahora. Se mantiene el precio del crudo marcador, de 34 grados API, aunque se trata más bien de una medida simbólica, ya que su venta al exterior sin mezclas es cada día más reducida.La decisión de rebajar los precios ha estado acompañada en México por una intensa polémica.

Algunos sectores económicos se han mostrado partidarios de reducir primero las exportaciones para buscar, en última instancia, una modificación en la política de precios.

Los responsables de Pemex han manifestado que México carece de capacidad para cambiar el signo de un mercado mundial excedentario, lo que no deja otro camino que el de reducir sus tarifas para mantener la cartera de pedidos. Una disminución unilateral de las exportaciones habría obligado, por otra parte, a incumplir contratos ya firmados, con los efectos negativos que ello puede tener de cara a un futuro que se presenta incierto para los exportadores de petróleo.

Aun tratándose de una medida económica de carácter realista, esta baja de los crudos puede suponer para Jorge Díaz Serrano, director general de Pemex, un desgaste político adicional que podría costarle incluso su eliminación de la carrera presidencial, en la que figura todavía bien situado junto a otros seis candidatos. Y esto a pesar de que es impensable que Pemex haya podido decidir un tema de esta envergadura sin contar con el presidente López Portillo.

Medios bancarios mexicanos han estimado que esta reducción de tarifas petroleras, sumada a la que ya se registró hace dos meses para los crudos pesados, reducirá este año los ingresos estatales en unos 50.000 millones de pesos (200.000 millones de pesetas). Dado que es impensable una disminución paralela del gasto público, el Estado mexicano tendrá que cargar esta cantidad al capítulo de endeudamiento externo.

El director de crédito de la Secretaría de Hacienda, David Levin, ha revelado que la deuda externa mexicana ascendía el 31 de mayo a 36.000 millones de dólares (unos 3,3 billones de pesetas), cantidad que va creciendo mes a mes. La carga financiera de tales créditos asciende a más de 7.000 millones de dólares, casi un 40% sobre el total de las ventas de petróleo. La economía mexicana carece, por otra parte, de capacidad para suplir esta reducción de sus ingresos petroleros con otras exportaciones industriales o agrícolas.

Las compañías petroleras están presionando al Gobierno británico para que reduzca el precio del crudo del mar del Norte, siguiendo el ejemplo de México y atendiendo a las exigencias del mercado.

En Londres se considera que la decisión de México es sólo el principio de una tendencia inevitable.

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