Cartas al director

Navarra

La actuación del primer partido de la oposición (?) en el tema de Euskadi ha estado, desde 1977, cargada de errores de bulto en temas que sensibilizan a la opinión vasca. Superándose a sí mismo en su carrera de despropósitos, ha cometido, a través de su militante Víctor Manuel Arbeloa, a la sazón presidente del Parlamento Foral de Navarra, otro que añadir, cual ha sido la expulsión de los diputados abertzales por defender no ya, una opción partidista, sino algo que debiera ser más importante, como es el honor de una Cámara legislativa y de todo un pueblo, que no se merece tener como rep...

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La actuación del primer partido de la oposición (?) en el tema de Euskadi ha estado, desde 1977, cargada de errores de bulto en temas que sensibilizan a la opinión vasca. Superándose a sí mismo en su carrera de despropósitos, ha cometido, a través de su militante Víctor Manuel Arbeloa, a la sazón presidente del Parlamento Foral de Navarra, otro que añadir, cual ha sido la expulsión de los diputados abertzales por defender no ya, una opción partidista, sino algo que debiera ser más importante, como es el honor de una Cámara legislativa y de todo un pueblo, que no se merece tener como representantes a individuos como Jaime Ignacio del Burgo.Sistemáticamente, este individuo se ha burlado de los acuerdos tomados por una Cámara soberana, acuerdos que fueron tomados con el voto favorable del PSOE, quizá en los tiempos en que era progresista. Cándidamente, este partido político esperaba la dimisión del implicado, olvidando una cosa muy importante, como es que se trata de un hombre de UCD.

En una región tan radicalizada como Navarra (y no hablemos del patinazo del PSOE con respecto a la incorporación al País Vasco), hechos como este dan la razón a los grupos nacionalistas (con independencia de que en este caso la tengan) y hunden lenta pero inexorablemente la posibilidad de negociación pacífica para dar una salida al tema. Que el PNV hiciera causa común con los expulsados (de manera pasiva, como en él es habitual) es síntoma de una cosa: tales actos han causado sonrojo, incluso a la derecha ultramontana del País Vasco, igualmente puesto con el zurrón de los votos «a ver lo que cae». Sugiero, para finalizar, que formen el grupo socialcentrista del Parlamento foral y flagelen a todo diputado abertzale (al fin y al cabo son trabajadores iletrados y maleducados) que intente abrir la boca. /

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