Que se reconvierta el Gobierno

Medios económicos consultados por este periódico han manifestado su sorpresa por el acuerdo inicial conseguido en la Comisión Delegada del Gobiemo para Asuntos Económicos celebrada ayer sobre el decreto-ley de reconversión y reindustrialización. «Si el contenido del decreto-ley concede el protagonismo de la reconversión al Gobierno en lugar de a las propias empresas», ha comentado un empresario airado, «debería reconvertirse primero el Gobierno y dejarnos tranquilos».En el decreto no existen los empresarios ni otros agentes económicos, por lo que se ha considerado que su filosofla es contraria...

Medios económicos consultados por este periódico han manifestado su sorpresa por el acuerdo inicial conseguido en la Comisión Delegada del Gobiemo para Asuntos Económicos celebrada ayer sobre el decreto-ley de reconversión y reindustrialización. «Si el contenido del decreto-ley concede el protagonismo de la reconversión al Gobierno en lugar de a las propias empresas», ha comentado un empresario airado, «debería reconvertirse primero el Gobierno y dejarnos tranquilos».En el decreto no existen los empresarios ni otros agentes económicos, por lo que se ha considerado que su filosofla es contraria a la línea de política económica que pronosticaba de boquilla un camino de liberación y de menor intervencionismo, según han señalado destacados liberales, ofendidos por la retórica estatista y socialburocrática del decreto-ley.

También ha sorprendido en dichos medios el «abandono de responsabilidad por parte del Ministerio de Economía en brazos del Ministerio de Industria en tema tan importante como es el financiero y que es de su absoluta competencia. «Parece como si Economía hubiera preferido que los de Industria se estrellaran solos en este tema», según ha puntualizado un experto conocedor de las luchas entre los cuerpos del Estado. Pero lo más feo de todo es que el decreto-ley modifica en su artículo 9, y casi de tapadillo, el Estatuto de los Trabajadores. Esta reforma debería hacerse por una ley discutida y no por la puerta falsa del decreto-ley.