Piloto español, acusado en La Habana de tráfico de monedas

Antonio Sancho, segundo piloto de un DC-10 de la compañía aérea española Iberia, fue detenido el pasado sábado en La Habana cuando intentaba abandonar el país. Entre sus pertenencias, las autoridades aduaneras cubanas hallaron monedas de oro y figuras de marfil en cantidades no determinadas y que, al parecer, había adquirido en la isla.Tras ser detenido permaneció arrestado e incomunicado en la capital cubana, donde el cónsul español realizó gestiones para obtener su liberación, que fue lograda en la noche del lunes. Asímismo consiguió autorización para que el piloto pueda abandonar Cuba.
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Antonio Sancho, segundo piloto de un DC-10 de la compañía aérea española Iberia, fue detenido el pasado sábado en La Habana cuando intentaba abandonar el país. Entre sus pertenencias, las autoridades aduaneras cubanas hallaron monedas de oro y figuras de marfil en cantidades no determinadas y que, al parecer, había adquirido en la isla.Tras ser detenido permaneció arrestado e incomunicado en la capital cubana, donde el cónsul español realizó gestiones para obtener su liberación, que fue lograda en la noche del lunes. Asímismo consiguió autorización para que el piloto pueda abandonar Cuba.

La compañía Iberia envió a La Habana un abogado para realizar las gestiones necesarias y confirmar la veracidad de las imputaciones que recaen sobre el piloto español, hasta el momento no desmentidas.

Fuentes diplomáticas cubanas en Madrid aseguraron a EL PAÍS que no tenían información de los hechos, si bien un portavoz de la compañía Iberia aseguró que los responsables de las líneas aéreas españolas habían sido puntualmente informados sobre el caso.

La legislación cubana sanciona fuertemente a todos aquellos que sacan del país monedas de metales preciosos. Es la segunda ocasión en la que ciudadanos españoles se ven implicados en casos de este tipo. El pasado 28 de mayo se informaba en Madrid del proceso seguido contra la tripulación de un avión de Iberia a la que se imputaba contrabando y mercado clandestino de divisas. Cinco miembros españoles de la tripulación de un avión de iberia fueron entonces juzgados, junto a dos de las esposas de los tripulantes y otros veintinueve cubanos igualmente encausados.

Los españoles permanecieron en prisión desde febrero de 1979 a mayo de 1980, hasta que fueron puestos en libertad por las autoridades cubanas. El fiscal solicitaba penas de hasta doce años de prisión.