Calycanto y la política

En EL PAIS del domingo 22 de marzo leí un extenso reportaje firmado por Carmen Santamaría, afirmando, a su vez, que la historia social, política y económica de la España de las últimas décadas se ha escrito en los restaurantes de Madrid. Esta tesis gastronómica-política la compartiría, casi por entero, si no fuera por la caprichosa arbitrariedad con que la autora del reportaje reparte títulos ad honorem, con desenfado propagandístico, de restaurantes que le son particularmente simpáticos, llegando a citar más de treinta.Mi protesta y mi sorpresa se basan en que entre tantos magníficos l...

En EL PAIS del domingo 22 de marzo leí un extenso reportaje firmado por Carmen Santamaría, afirmando, a su vez, que la historia social, política y económica de la España de las últimas décadas se ha escrito en los restaurantes de Madrid. Esta tesis gastronómica-política la compartiría, casi por entero, si no fuera por la caprichosa arbitrariedad con que la autora del reportaje reparte títulos ad honorem, con desenfado propagandístico, de restaurantes que le son particularmente simpáticos, llegando a citar más de treinta.Mi protesta y mi sorpresa se basan en que entre tantos magníficos locales señalados para el buen gourmet no aparezca precisamente Calycanto, cuya fama bien adquirida por la resonancia de sus «cenas políticas» alcanzó dimensión nacional al ser ampliamente comentadas por la Prensa, la radio y la televisión, ante el protagonismo de Manuel Fraga, Tierno Galván, José María Áreilza, Felipe González, Alfonso Osorio, Antonio Garrigues Walker, Ignacio Camuñas, Landelino Lavilla, Nicolás Redondo, Fernández Ordóñez y algunos otros famosos políticos que, al margen de sus respectivas ideologías, han honrado con su presencia y presidencia las «cenas políticas de Calycanto», donde, al menos, se han escrito limpiamente unos cuantos renglones de la Historia de España./