Polémica en Italia sobre el "plan Visentini" de gobierno

La propuesta de Bruno Visentini, presidente del Partido Republícano italiano (PRI) de crear un Gobierno en alguna medida no controlado por los partidos y por sus acciones internas, sino más bien directamente por el Parlamento, ha vuelto a plantearse con toda su fuerza polémica. El hecho que la Democracia Cristiana no haya visto con malos ojos una parte de la hipótesis de Visentini, preocupa a los partidos de la izquierda que temen pueda tratarse, en definitiva, de una operación de sentido autoritario.

Ayer el Partido Comunista declaró oficialmente su oposición a cualquier tip...

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La propuesta de Bruno Visentini, presidente del Partido Republícano italiano (PRI) de crear un Gobierno en alguna medida no controlado por los partidos y por sus acciones internas, sino más bien directamente por el Parlamento, ha vuelto a plantearse con toda su fuerza polémica. El hecho que la Democracia Cristiana no haya visto con malos ojos una parte de la hipótesis de Visentini, preocupa a los partidos de la izquierda que temen pueda tratarse, en definitiva, de una operación de sentido autoritario.

Ayer el Partido Comunista declaró oficialmente su oposición a cualquier tipo de Gobierno que «intente sustraerse al directo control de los partidos». Lo mismo hicieron los socialistas a través de Claudio Martelli responsable de la política cultural del PSI y brazo derecho del secretario general Bettino Craxi.

Con cierta ironía, Martelli afirmó que su partido no podría nunca aceptar, en la «hipótesis Visentini», un Gobierno en el que, por ejemplo, un general fuera el ministro de la Defensa, o un diplomático el ministro de Asuntos Exteriores, o un sociólogo el ministro de Trabajo.

Hasta los socialdemócratas afirmaron también ayer, por boca de su secretario general, Pietro Longo, que cualquier tentativa de querer saltar por encima del control de los partidos a la hora de formar Gobierno, no puede verse más que en clave antidemocrática.

Sin embargo , todos están de acuerdo que la propuesta de Visentini ha tenido el mérito innegable de agitar las aguas de una forma provocadora en un tema que a todos escuece, pero que se propone, desde hace unos años, en cada consulta electoral: el de la separación que se va creando entre la sociedad real y los partidos políticos tradicionales, con un aumento cada vez mayor de abstenciones o de papeletas en blanco o anuladas.

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