Los partidos laicos italianos, excepto los radicales, contra la derogación de la ley del aborto

La izquierda clásica italiana (socialistas y comunistas) y los demás partidos laicos, con excepción de los radicales, votarán en contra de los dos referendos que plantean la derogación de la actual ley sobre el aborto. La Democracia Cristiana mantiene una actitud prudente y está de acuerdo con los demás partidos de la coalición gobernante en evitar crisis políticas que provoquen elecciones anticipadas, antes de las consultas populares que se celebrarán entre el 14 de mayo y el 14 de junio.

Todos los partidos que componen la coalición de centro-izquierda del actual Gabinete que presi...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La izquierda clásica italiana (socialistas y comunistas) y los demás partidos laicos, con excepción de los radicales, votarán en contra de los dos referendos que plantean la derogación de la actual ley sobre el aborto. La Democracia Cristiana mantiene una actitud prudente y está de acuerdo con los demás partidos de la coalición gobernante en evitar crisis políticas que provoquen elecciones anticipadas, antes de las consultas populares que se celebrarán entre el 14 de mayo y el 14 de junio.

Todos los partidos que componen la coalición de centro-izquierda del actual Gabinete que preside Arnaldo Forlani -Democracia Cristiana (DC), Partido Socialista (PS), republicanos y socialdemócratas- han decidido que afrontarán los seis referendos evitando que entre en crisis la actual legislatura, es decir, sin nuevas elecciones anticipadas. A ellos se ha unido el Partido Comunista italiano (PCI).Las fuerzas políticas se han puesto ya en marcha, sobre todo en lo que se refiere a los dos importantes referendos sobre el aborto. Por ahora, todas las fuerzas del Parlamento, excepto los democristianos, radicales y los misinos de la extrema derecha votarán en contra en ambas consultas: la planteada por los católicos tradicionales del Movimiento para la Vida -que prácticamente anula la ley actual sobre el aborto, admitiéndolo únicamente por motivos terapéuticos-, y el de los radicales, que pide una mayor liberalización de la ley aprobada en el Parlamento. De este modo, las fuerzas políticas que habían votado a favor del divorcio se vuelven a encontrar unánimes en defender la ley actual, que esperan poder mejorar antes del referéndum.

En este sentido los radicales se han quedado aislados, mientras los católicos podrán contar sólo con los votos democristianos y fascistas, aunque la Democracia Cristiana, después de la experiencia de la derrota del divorcio, esta vez se muestra muy prudente y ya ha dado a entender que no desea ninguna nueva cruzada y que no se empeñará oficialmente como partido contra el aborto, aunque es muy probable que exhorte a sus electores a votar a favor del referéndum católico.

La única sorpresa será la Iglesia. ¿Hasta qué punto se movilizará a favor del Movimiento por la Vida? Por el momento, la Conferencia Episcopal se ha mostrado más bien prudente.

Por el lado radical, bien pudiera haber también sorpresa. ¿Cuántos obedecerán fielmente a los partidos, sobre todo en el campo de la Izquierda? Porque lo cierto es que muchos desearían una ley más abierta, sobre todo en lo que se refiere a la edad de la mujer, que hoy puede abortar sólo a partir de dieciocho años. Mientras tanto, las mujeres militantes de todos los partidos, excepto las de la Democracia Cristiana y del Partido Radical, aunque por razones opuestas, organizaron ayer manifestaciones en las cuarenta ciudades más importantes del país, pidiendo que se vote contra los dos referendos.

Los radicales, por su parte, siguen acusando durísimamente a la Corte Constitucional y a los partidos, que, según ellos, han presionado para anular cinco de los referendos que ellos habían presentado.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Archivado En