Escuchas telefónicas del espionaje norteamericano en Gran Bretaña

La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos practica escuchas telefónicas ilegales sobre diputados laboristas y otras personas «hostiles», pasando luego su información a los servicios británicos.

Estas nuevas alegaciones, según el diario británico The Guardian, se hacen en el programa de la BBC sobre los servicios secretos británicos, censurado por el director general de la Radiotelevisión británica, sir lan Trethowan. En el programa se decía que la Agencia de Seguridad nacional dispone de muchos más medios que los servicios de inteligencia británicos MI 5 y MI 6, mant...

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La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos practica escuchas telefónicas ilegales sobre diputados laboristas y otras personas «hostiles», pasando luego su información a los servicios británicos.

Estas nuevas alegaciones, según el diario británico The Guardian, se hacen en el programa de la BBC sobre los servicios secretos británicos, censurado por el director general de la Radiotelevisión británica, sir lan Trethowan. En el programa se decía que la Agencia de Seguridad nacional dispone de muchos más medios que los servicios de inteligencia británicos MI 5 y MI 6, manteniendo bases secretas, algunas ya conocidas, conectadas con las torres de micro-ondas del servicio de correo y teléfono británico.

Desde algunas de estas bases se controlan los satélites espías, pero desde otras se escuchan las conferencias que en el Reino Unido a menudo van por relés de radio. El Gobierno británico, aparentemente, aprueba tácitamente estas escuchas, sobre las que luego recibe información.

Entre los que hacen estas alegaciones está James Rusbridger, antiguo agente en una empresa que comerciaba con Europa oriental, que fue abordado por el MI 6, primero para conseguir datos sobre materias básicas, pidiéndosele luego que pasara dinero a Europa del Este. En varias veces, Rusbridger llegó a pasar unos 100.000 dólares, sin que los jefes de su empresa supieran nunca nada.

La censura de la BBC ha provocado grandes críticas por parte de los sectores periodísticos, y ha llegado en un momento en que un proyecto de ley sobre la libertad de información ha sido prácticamente derrotado en los Comunes. El proyecto de ley fue presentado por el diputado laborista Frank Hooley para reemplazar ciertas partes de la ley sobre Secretos Oficiales, pero no llegó a una segunda lectura, el viernes, en los Comunes, con lo cual el proyecto ha muerto de hecho.

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