Enfrentamientos políticos y callejeros en Irán por la liberación de los 52 rehenes norteamericanos

La reciente liberación de los 52 norteamericanos que Irán mantuvo como rehenes durante 444 días, se tradujo ayer en Teherán en violentos enfrentamientos callejeros y durísimos ataques políticos entre el presidente Abolhassan Banisadr y el primer ministro Mohammed Alí Rayal.

Más de treinta personas resultaron heridas ayer en las calles de la capital iraní, en choques entre manifestantes de extrema izquierda y las fuerzas de seguridad, apoyadas por militantes islámicos fundamentalistas, armados con cuchillos, palos y piedras. Los enfrentamientos se iniciaron cuando unos 5.000 jóvenes,...

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La reciente liberación de los 52 norteamericanos que Irán mantuvo como rehenes durante 444 días, se tradujo ayer en Teherán en violentos enfrentamientos callejeros y durísimos ataques políticos entre el presidente Abolhassan Banisadr y el primer ministro Mohammed Alí Rayal.

Más de treinta personas resultaron heridas ayer en las calles de la capital iraní, en choques entre manifestantes de extrema izquierda y las fuerzas de seguridad, apoyadas por militantes islámicos fundamentalistas, armados con cuchillos, palos y piedras. Los enfrentamientos se iniciaron cuando unos 5.000 jóvenes, en su mayoría miembros de los Fedayin i Jalq (organización marxista-leninista), se congregaron en la gran plaza de Azadi para protestar por el creciente paro y llamar a la unión de los trabajadores para luchar «por los puestos de trabajo, el pan, la independencia y la libertad». La manifestación no había sido autorizada.Algunas pancartas desplegaban eslóganes denunciando el acuerdo firmado entre Irán y Estados Unidos para la liberación de los rehenes.

Este mismo tema está provocando muy serios enfrentamientos políticos entre la jefatura del Estado y la del Gobierno. El primer ministro criticó ayer abiertamente a aquellos que critican la forma en que su Gabinete solucionó el interminable asunto de los rehenes.

En estas declaraciones, efectuadas con motivo de la tradicional oración de los viernes, el primer ministro aludía a los ataques lanzados desde los medios informativos cercanos al presidente Banisadr, destacando que el Gobierno iraní, a pesar de haber reclamado el depósito de cerca de 24.000 millones de dólares en señal de garantía para la liberación de los rehenes, se había contentado con tan sólo 8.000 millones.

Rayai declaró que «para Irán, 24.000 millones de dólares no tienen ninguna importancia. Ni siquiera si nos hubieran dado 240.000 millones, si no nos hubieran dejado la libertad».

La libertad consiste para el primer ministro iraní en que Estados Unidos, con todo su poder e influencia, no podrá en el futuro «injerirse en nuestros asuntos internos, elegir a los redactores jefes de nuestros diarios, escoger a los embajadores de nuestro país». Y todo, añadió Rayai, gracias «a la acción de unos cuantos estudiantes», aquellos que asaltaron la Embajada norteamericana el 4 de noviembre de 1979.

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Además, recordó, el imán Jomeini consideró «justo e islámico» el secuestro de los «52 espías y traidores norteamericanos», y lo importante, recalcó el primer ministro, es que se rompieron las relaciones con Estados Unidos, país «que domina a las naciones europeas», que se han visto forzadas a romper sus relaciones económicas con Irán.

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