Seis minutos

Seis minutos duró el escándalo provocado por los parlamentarios vascos miembros de Herri Batasuna. Era la primera vez que asistían a su Parlamento, y fueron para eso. Sus cantos y gritos de protesta y sus silbidos fueron acallados por los aplausos y los vivas de los más, y ellos puestos donde procedía: en la calle. Pero si en otras circunstancias el incidente no habría pasado de ser la anécdota intrascendente protagonizada por un aldeanismo grosero e incivil, en este caso significa más. ( ... )Entre discurso y discurso estuvieron los seis minutos de insolencia abertzale, que no podemos ...

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Seis minutos duró el escándalo provocado por los parlamentarios vascos miembros de Herri Batasuna. Era la primera vez que asistían a su Parlamento, y fueron para eso. Sus cantos y gritos de protesta y sus silbidos fueron acallados por los aplausos y los vivas de los más, y ellos puestos donde procedía: en la calle. Pero si en otras circunstancias el incidente no habría pasado de ser la anécdota intrascendente protagonizada por un aldeanismo grosero e incivil, en este caso significa más. ( ... )Entre discurso y discurso estuvieron los seis minutos de insolencia abertzale, que no podemos pasar por alto. Porque los que silbaron y gritaron en el Parlamento eran una minoría, y minoría pensamos que siguen siendo en el conjunto de la población vasca, pero minoría con esas raíces profundas a las que preocupadamente aludió el señor Garaicoechea, y con las mismas características de independentismo selvático e irracionalismo cerril que tienen los terroristas. ¿Y qué son estos abertzales más que terroristas sin metralleta?

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Madrid, 5 de febrero

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