El presidente salvadoreño asegura que la insurrección guerrillera ha fracasado

ENVIADO ESPECIAL, El presidente de la Junta salvadoreña, José Napoleón Duarte, declaró ayer en conferencia de Prensa que la extrema izquierda ha fracasado en su ofensiva final, y que «ya no es posible que consiga sus objetivos». Añadió que la guerrilla utilizó todos sus efectivos en hombres y armas durante el ataque lanzado el día 10, y que esto les ha debilitado: «Han perdido muchas armas», añadió, «pero su fracaso mayor ha sido el rechazo popular, y sin apoyo del pueblo no hay revolución».

«Esto no quiere decir», dijo Duarte, «que no vayan a actuar de nuevo, pero el Ejército está aler...

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ENVIADO ESPECIAL, El presidente de la Junta salvadoreña, José Napoleón Duarte, declaró ayer en conferencia de Prensa que la extrema izquierda ha fracasado en su ofensiva final, y que «ya no es posible que consiga sus objetivos». Añadió que la guerrilla utilizó todos sus efectivos en hombres y armas durante el ataque lanzado el día 10, y que esto les ha debilitado: «Han perdido muchas armas», añadió, «pero su fracaso mayor ha sido el rechazo popular, y sin apoyo del pueblo no hay revolución».

«Esto no quiere decir», dijo Duarte, «que no vayan a actuar de nuevo, pero el Ejército está alerta». En este sentido, el ministro de Defensa, coronel José Guillermo García, manifestó que las fuerzas armadas consideran la posibilidad, no de una, «sino de doscientas ofensivas».La situación militar del país fue definida por el presidente salvadoreño como de absoluto control por parte del Ejército, y negó que la guerrilla dominase una sola población. Por primera vez el vicepresidente y comandante en jefe de las fuerzas armadas, coronel Jaime Abdul Gutiérrez, dio cifras sobre las bajas registradas en el Ejército: 102 muertos (dos jefes, tres oficiales y 97 soldados) y más de cien heridos. Las bajas de la guerrilla fueron estimadas en torno al millar de hombres.

El coronel Gutiérrez justificó el bajo número de prisioneros -reconoció que sólo tenían unos cinco guerrilleros- por el tipo de combate que suele plantearse en esta guerra. «Es difícil hacer capturas», dijo; «también el número de heridos es muy reducido».

Este hecho ha planteado algunas muy serias dudas sobre las posibilidades de supervivencia de los guerrilleros que decidan acogerse a la amnistía política decretada recientemente por la Junta.

Acerca de la ayuda militar norteamericana, tanto Duarte como el coronel García precisaron que el Ejército salvadoreño ha respondido a la ofensiva guerrillera con sus propios medios, sin contar con ayudas exteriores ni en hombres ni en armas. «Ha sido luego cuando se ha presentado la ayuda exterior, que ha sido bien recibida para consolidar la situación lograda por las fuerzas armadas».

Ayudas sin interferencias

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El dirigente democristiano subrayó que «de ninguna manera aceptaríamos fuerzas beligerantes del exterior, ni combatientes, ni guerrilleros. Si Reagan desea dar ayudas adicionales, las aceptaremos siempre que no supongan interferencias en nuestros asuntos internos. Yo le pediría, por encima de todo, que nos ayude a erradicar la miseria, que es la fuente de la violencia. Este es el tipo de ayuda que esperamos de Estados Unidos».Anunció también que la próxima semana se constituirá el Consejo Central de Elecciones, que tiene un plazo de seis a diez meses para elaborar la ley Electoral y confeccionar el censo, de forma que para finales de año puedan convocarse las elecciones para una Asamblea Constituyente. Esta Asamblea iniciará sus trabajos en la primavera del próximo año, y para 1983 se convocarán las elecciones presidenciales.

Acerca de la posibilidad de que los partidos marxistas puedan participar en este proceso electoral, Duarte se limitó a decir que «podrán tomar parte todos aquellos que acepten las reglas del juego democrático».

La posibilidad de un diálogo con el Frente Democrático Revolucionario (FDR) fue prácticamente descartada por el presidente salvadoreño, por el carácter transitorio que tiene el actual Gobierno, cuya meta, dijo, es convocar cuanto antes elecciones y entregar el poder. «Negociar con el FDR», añadió, «sería tomar acuerdos a espaldas del pueblo».

La conferencia de Prensa en la casa presidencial fue convocada tras la presentación de cartas credenciales del nuevo embajador de España, Luis Mariñas.

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