Inaugurada en Ginebra la conferencia para la independencia de Namibia

Por vez primera en la historia, representantes de la Organización Popular del Africa del Suroeste (SWAPO) y de la Administración colonial surafricana en Namibia se sentaron ayer frente a frente, en el palacio de las Naciones. La Conferencia para la Independencia de Namibia, convocada por las Naciones Unidas e inaugurada ayer en Ginebra, tuvo sus orígenes en los contactos que mantuvieron las autoridades gubernamentales angoleñas con las de Pretoria, y en la posterior visita de una comisión de la ONU a Suráfrica.

Encabeza la delegación de la SWAPO su jefe máximo, Sam Nujoma, al que ac...

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Por vez primera en la historia, representantes de la Organización Popular del Africa del Suroeste (SWAPO) y de la Administración colonial surafricana en Namibia se sentaron ayer frente a frente, en el palacio de las Naciones. La Conferencia para la Independencia de Namibia, convocada por las Naciones Unidas e inaugurada ayer en Ginebra, tuvo sus orígenes en los contactos que mantuvieron las autoridades gubernamentales angoleñas con las de Pretoria, y en la posterior visita de una comisión de la ONU a Suráfrica.

Encabeza la delegación de la SWAPO su jefe máximo, Sam Nujoma, al que acompañan en calidad de observadores representantes gubernamentales de los países que apoyan la guerrilla: Angola, Botswana, Mozambique, Tanzania, Zambia, además de Nigeria, y el secretario general de la Organización para la Unidad Africana (OUA).

En un principio, surgieron algunos problemas ante la insistencia de las autoridades surafricanas en que su presencia debía considerarse, exclusivamente, a nivel de observadores.

Los representantes del Gobierno de Pretoria, siguiendo instrucciones del ministro de Asuntos Exteriores, Roelef Pik Botha, se negaron a aceptar el estatus de participantes oficiales, autocalificándose de observadores, lo que viola el acuerdo que dio origen a la conferencia, ya que se entendía que debían actuar como interlocutores válidos.

Plan de paz

Kurt Waldheim, secretario general de la ONU, al inaugurar estas negociaciones, evitó referirse al Gobierno blanco de Pretoria, pero advirtió que renunciar al plan trazado sería arruinar la transición pacífica a la independencia y agudizar «el ciclo de violencia, odio y destrucción».El Gobierno de Pretoria continúa calificando de terroristas a los miembros de la SWAPO, organización que ostenta en esta conferencia el papel de «legítimo representante del pueblo oprimido de Namibia» (papel reconocido tanto por la ONU como por la OUA) y declara apoyar plenamente el plan de paz propuesto.

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El programa de la ONU para la independencia de Namibia, elaborado hace dos años por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania Federal y Canadá contempla, en primer lugar, el alto el fuego entre la SWAPO y las tropas surafricanas y, tres meses más tarde, la convocatoria de elecciones libres bajo el control de las Naciones Unidas. El objetivo sería la independencia de Namibia para finales de 1981.

La situación definitiva de las delegaciones en la sala de la conferencia consiguió obviar el problema planteado por Africa del Sur. La SWAPO se sentó frente a los demás representantes de Namibia -incluido el administrador general surafricano del territorio, Danie Hough- y la delegación de Africa del Sur (encabezada por el secretario de Asuntos Exteriores, Brand Fourie) tomó asiento detrás de estos últimos, en sillones situados a un poco más de altura.

Como observadores asisten, asimismo, los cinco países que redactaron el plan de la ONU.

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