Tribuna:

Potenciar las relaciones prematrimoniales

La Comisión de Justicia del Congreso terminó la sesión de ayer después de aprobar el artículo 81, primero del capítulo VII, «De la separación», mientras Oscar Alzaga, el presidente, preguntaba a sus señorías si les quedaban fuerzas para abordar el artículo 82, referente a las causas de separación, artículo largo y conflictivo de por sí, y las señorías, aunque divididas, decidían aplazar los debates.Poco antes se había armado un revuelo en las filas centristas al conocer la intención de su ponente, José Antonio Escartín, de rebelarse contra el punto 5 del artículo 82, que establece como causa d...

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La Comisión de Justicia del Congreso terminó la sesión de ayer después de aprobar el artículo 81, primero del capítulo VII, «De la separación», mientras Oscar Alzaga, el presidente, preguntaba a sus señorías si les quedaban fuerzas para abordar el artículo 82, referente a las causas de separación, artículo largo y conflictivo de por sí, y las señorías, aunque divididas, decidían aplazar los debates.Poco antes se había armado un revuelo en las filas centristas al conocer la intención de su ponente, José Antonio Escartín, de rebelarse contra el punto 5 del artículo 82, que establece como causa de separación «el cese efectivo de la convivencia conyugal durante seis meses, libremente consentido». Los centristas planteaban una enmienda en el sentido de que «se entiende libremente consentido cuando el cónyuge legitimado para pedir la separación en los demás supuestos de este artículo no hubiera pedido, al menos, las medidas provisionales, contempladas en el artículo 103 de este código, o hubiera planteado demanda de separación».

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La intención de esta enmienda, que, leída por el centrista Javier Moscoso, provocó el desacuerdo de su teóricamente compañero de grupo, ponencia y comisión, José Antonio Escartín, apunta a impedir «que el cónyuge teóricamente abandonado utilice fraudulentamente la ley sólo para incordiar al abandonante», y a éste, penalizado en el proyecto surgido de la ponencia con tener que esperar tres anos para solicitar la separación, le rebaja el plazo a seis rneses si el otro cónyuge no ha iniciado alguna acción legal a raíz del abandono, por entenderse que entonces se da un caso de cese efectivo de la convivencia con libre consentimiento.

El revuelo organizado ante la escisión, patente una vez más, dentro de los tres centristas que participaron en la ponencia -Javier Moscoso y María Dolores Pelayo, por un lado, y José Antonio Escartín, por otro- hizo que varios comisionados de UCD tuvieran la tentación de salirse de la sala si Escartín seguía adelante en este artículo para restar votos a sil postura. De hecho, Moscoso tuvo que advertir a su compañero que la enmienda era una orden del ministro de Justicia, y que no tenía ningún inconveniente en llegar a dividir el voto.

La próxima sesión de la Comisión, que, abandonada ya por todos la esperanza de que el divorcio vaya al Pleno del Congreso del próximo día 16, no tiene fecha fijada, aunque será dentro de la semana que viene; se iniciará, pues, con este artículo de las causas de separación con una división más entre los centristas.

Los redactores de la enmienda al artículo 82 justificaron su oposición a la pretensión socialista de eliminar el transcurso de un año de matrimonio para poder solicitar la separación por mutuo acuerdo (artículo 81), diciendo que querían evitar que se contrajeran «matrimonios por fraude o por conveniencia que, por ejemplo, llevaran a casarse hoy por ser condicionante para acceder a una herencia, y pedir la separación mañana». Lo verdaderamente sorprendente, dada su procedencia, lo dijeron a continuación: «Se trata de propiciar la reflexión antes de casarse y para eso hay que potenciar las relaciones prematrimoniales y el vivir juntos».

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