El sector de Martín Villa puede volcar en favor del Gobierno Suárez la contestación del Grupo Centrista

El apoyo unánime que el Gobierno decidió dar ayer a los proyectos de ley de Autonomía Universitaria (LAU) y de Divorcio, actualmente en discusión en las respectivas comisiones del Congreso, traslada definitivamente al seno del partido gubernamental la orientación política de ambas leyes, contra las que existe fuerte contestación -especialmente contra la LAU- en el Grupo Parlamentario Centrista. Según altas fuentes de UCD, la pugna entre socialdemócratas, por un lado, y democristianos, liberales y miembros del Opus Deis, por otro, puede resolverse finalmente en favor de los primeros, con el apo...

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El apoyo unánime que el Gobierno decidió dar ayer a los proyectos de ley de Autonomía Universitaria (LAU) y de Divorcio, actualmente en discusión en las respectivas comisiones del Congreso, traslada definitivamente al seno del partido gubernamental la orientación política de ambas leyes, contra las que existe fuerte contestación -especialmente contra la LAU- en el Grupo Parlamentario Centrista. Según altas fuentes de UCD, la pugna entre socialdemócratas, por un lado, y democristianos, liberales y miembros del Opus Deis, por otro, puede resolverse finalmente en favor de los primeros, con el apoyo del aparato del partido y del sector independiente que controla Rodolfo Martín Villa, lo que significaría la consagración de éste como «hombre fuerte de la situación».

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El Comité Ejecutivo de Unión de Centro Democrático (UCD), que se reúne el próximo fin de semana, estudiará a fondo el problema planteado por los diputados centristas, que muy mayoritariamente, están en contra de ambos proyectos de ley en su redacción actual. Según los estatutos del partido, el grupo parlamentario está obligado a seguir la política del Gobierno, que corresponde dirigir a su presidente. Por otra parte, el máximo órgano de dirección de UCD, su comité ejecutivo, no responde a la estructura política del grupo parlamentario, por lo que la decantación de posiciones en este órgano no reproducirá el resultado cuantitativo de las discrepancias registradas entre los diputados centristas, sino que se aproximará más a la actitud del Gobierno.

Voto plural en Unión de Centro Democrático

Subsiste, en todo caso, el conflicto dentro del Grupo Parlamentario Centrista, algunos de cuyos diputados están dispuestos a plantear batalla hasta el final. En el debate sobre el divorcio aún no se han planteado cuestiones calientes. En cambio, la discusión de la LAU, iniciada también ayer, sendas enmiendas de José Luis Mellán y Manuel Díaz-Pinés contra el carácter de «servicio público» que corresponde a las universidades suscitaron una votación en la que seis diputados centristas se alinearon con Manuel Fraga, de Coalición Democrática, contra el proyecto gubernamental.La indignación en los pasillos del Congreso era manifiesta entre los diputados contrarios a la LAU, que protestaban contra el intento del ministro Luis González Seara de hacérsela tragar. Frases como «algún barón se va a cagar por el pantalón» fueron oídas a diputados cristianos a primera hora de la mañana. A mediodía trascendió el apoyo unánime dado por el Gobierno a ambos proyectos de ley, y los ánimos se crisparon entre sus detractores. Dirigentes del grupo centrista calificaron de «detestable» la LAU y manifestaron que no se puede imponer al 90% del grupo, que la rechaza. Ante el apoyo de los diputados próximos a Martín Villa, algún destacado dirigente del grupo se negó a admitir en privado que «Gervasio Martínez Villaseñor sea más progresista que yo».

El democristiano Luis Vega se opuso a que UCD haga leyes marxistas pactadas con el PSOE, e insistió en que es preferible un Gobierno de coalición con los socialistas. Terminado el Consejo de Ministros, Luis González Seara y Francisco Fernández Ordóñez confírmaron en el Congreso de los Diputados el apoyo gubernamental a los proyectos de ley por ellos promovidos. González Seara, cuya posible dimisión se había vaticinado ayer, se mostraba particularmente eufórico. Por su parte, Fernández Ordóñez expresó mayores temores a las dificultades que la ley del divorcio habrá de superar en el Senado y mostró su asombro ante la posición socialista, según él, excesivamente exigente con la ley de Divorcio. Los socialistas, que parecen querer cobrar a Fernández Ordóñez facturas atrasadas por falta de colaboración del actual ministro de Justicia para derribar a Suárez, se mantuvieron formalmente distantes del conflicto interno de UCD, si bien algunos indicios, como el dramatismo que Peces-Barba puso al retraso de dos horas en el comienzo de la sesión de la Comisión de Universidades e Investigación, apuntan hacia un lógico aprovechamiento de la situación.

Entre las versiones que circularon ayer sobre el fondo político del contencioso parlamentario planteado, destaca la del vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, que lo atribuía a una maniobra de distracción de Suárez y su entorno para que en el próximo congreso de UCD quede desdibujada la lucha contra él. Aseguró que Fernández Ordóñez y González Seara no dimitirían en ningún caso, sino que participaban a conciencia en esta operación.

Democristianos frente al "aparato"

Entre los democristianos de UCD se aceptaba esta versión, pero con cierto desencanto, en todo caso, hacia las posibilidades de «hacer algo» en el congreso centrista, copado, según ellos, por el aparato, y donde la adscripción a las ponencias y a las comisiones se está realizando «a dedo».La batalla política se repliega, por el momento, al grupo parlamentario, cuya mayoría conservadora se siente muy postergada, y en algunos aspectos dañada, por las leyes a debate, así como por la disciplina que se le quiere seguir imponiendo. En cuanto a la pugna con los ministros socialdemócratas, algunos diputados centristas se quejan de la monopolización que ambos hacen de la figura de Suárez, quien, por su parte, «se deja querer», contribuyendo así a presentar ante la opinión como intento de derribar a Suárez lo que sólo es un deseo de oponerse «a quienes no responden al programa político de UCD y a los deseos de su electorado y de los parlamentarios por él elegidos».

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