Argentina concede a Bolivia un crédito de 50 millones de dólares

Argentina ha concedido a Bolivia un crédito de cincuenta millones de dólares para que este país adquiera 235.200 toneladas de trigo, que la República Argentina proveerá en el curso de los próximos ocho meses.

Con una producción de treinta millones de toneladas de cereales y oleaginosas, según datos del organismo estatal Junta Nacional de Granos, Argentina está recobrando su posición mundial entre les países exportadores de productos agrícolas.Según estimaciones oficiosas se cree probable que la cosecha de trigo de la temporada 1980-1981 alcance a 8,5 millones de toneladas, 400.000 tonel...

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Argentina ha concedido a Bolivia un crédito de cincuenta millones de dólares para que este país adquiera 235.200 toneladas de trigo, que la República Argentina proveerá en el curso de los próximos ocho meses.

Con una producción de treinta millones de toneladas de cereales y oleaginosas, según datos del organismo estatal Junta Nacional de Granos, Argentina está recobrando su posición mundial entre les países exportadores de productos agrícolas.Según estimaciones oficiosas se cree probable que la cosecha de trigo de la temporada 1980-1981 alcance a 8,5 millones de toneladas, 400.000 toneladas menos de lo que se pensaba en principio. Sin embargo, esa cifra representará un aumento con respecto a la cosecha del año anterior, que fue de 8,1 milllones de toneladas.

La modificación introducida en los cálculos estimativos se debe a los efectos de una severa sequía que afectó en la primera mitad del año a una parte de las provincias argentinas que integran la zona más fértil del país, conocida como la «pampa húmeda ».

Medios competentes relacionados con el mercado de exportación creen que las ventas de trigo argentino al extranjero llegarán a los 4,5 millones de toneladas, con las cuales Argentina deberá afrontar sus compromisos; de venta en diversos países del mundo, entre los que se cuentan varios de sus vecinos latinoamericanos, la Unión Soviética y China,

Argentina, dada la fertilidad de su tierra (no afectada por el uso intensivo de fertilizantes y plaguicidas), cuenta con aumentar para 1985 su producción agrícola global a 45 millones de toneladas, sin que el uso de insumos petroquímicos repercuta espectacularmente en los gastos.

El tema de los costes de producción de alimentos preocupa a los expertos de todo el mundo, en vista de la incidencia del aumento de los precios de los productos en cuya elaboración interviene el petróleo como materia prima esencial.

Un reciente informe de la comisión trilateral, Reducing Malnutrition in Developing Countries (Disminución de la Desnutrición en los Países en Desarrollo), señala la urgencia de incrementar la cooperación entre el Norte y el Sur en diversas esferas.

Esa intensificación o estrechamiento de cooperación no ha de hacerse sólo con el fin de poder satisfacer las perentorias necesidades de los países en desarrollo, sino también para evitar que los países industrializados padezcan inflación y estancamiento. Recuérdese que en 1974, apenas declarada la crisis del petróleo, la subida de los precios de los alimentos agravó la inflación en Estados Unidos.

Pero si la situación no es cómoda para las potencias Industrializadas, mucho menos lo es para las pequeñas naciones en desarrollo.

El caso de Bolivia es tipo en ese sentido, y común a otros Estados de América Latina. Esos países no sólo dependen de la importación de equipos y productos manufacturados, sino que son deficitarios en cuanto a la provisión de alimentos.

Esta situación requiere una mayor cooperación internacional en materia de investigaciones, trabajos de fomento e inversiones agrícolas.

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