La URSS se resiste a renegociar el tratado Salt II

El Kremlin ha hecho saber oficiosamente que es hostil a una nueva renegociación del tratado SALT II, como pretende el presidente electo de Estados Unidos, Ronald Reagan. Pero, por el instante, los observadores en Moscú no ven en este anuncio oficioso soviético más que la reafirmación de una posición de principio.Saliendo de un silencio que se hablan impuesto desde hacía diez días, los dirigentes soviéticos han reaccionado con mesura a las propuestas hechas por Reagan en su primera conferencia de Prensa, el pasado 6 de noviembre.

Hablando a la televisión soviética, Leónidas Zamiatine, re...

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El Kremlin ha hecho saber oficiosamente que es hostil a una nueva renegociación del tratado SALT II, como pretende el presidente electo de Estados Unidos, Ronald Reagan. Pero, por el instante, los observadores en Moscú no ven en este anuncio oficioso soviético más que la reafirmación de una posición de principio.Saliendo de un silencio que se hablan impuesto desde hacía diez días, los dirigentes soviéticos han reaccionado con mesura a las propuestas hechas por Reagan en su primera conferencia de Prensa, el pasado 6 de noviembre.

Hablando a la televisión soviética, Leónidas Zamiatine, responsable de la información internacional en el Comité Central del Partido, Comunista de la Unión Soviética (PCUS), afirmó, sin citar el nombre de Ronald Reagan, que los acuerdos SALT II no debían de ser puestos en cuestión, y que no se podía pretender volver a partir de cero.

El domingo, Pravda, refiriéndose a la conferencia de Prensa de Reagan, sin tampoco citarle, afirmó que los aliados occidentales de Estados Unidos, que han aceptado el despliegue en Europa occidental de nuevos misiles norteamericanos, se muestran inquietos de la voluntad de Washington por tachar el tratado SALT II.

En cuanto al deseo de los norteamericanos de relacionar las conversaciones sobre limitación de armamentos con «la política soviética en varios puntos del globo», este desepreocupa, según el órgano del PCUS, a todos aquellos que no han perdido «el sentido de la realidad».

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