Reportaje:

Cifra "record" en las importaciones cerealistas de la URSS a pesar del embargo decidido por Estados Unidos

La Comunidad Económica Europea (CEE) venderá en los próximos ocho meses 300.000 toneladas de cebada a la Unión Soviética, sin que ello suponga, según un portavoz oficial, la ruptura del acuerdo comunitario de no suplir las entregas de grano embargadas por Estados Unidos a raíz de la invasión soviética de Afganistán. La noticia fue dada a conocer ayer en Bruselas, al tiempo que el mismo portavoz reconocía como cierta la información, publicada por el Washington Post, según la cual la URSS importó entre julio de 1979 y julio de 1980 más grano que en los años inmediatamente anteriores.Según...

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La Comunidad Económica Europea (CEE) venderá en los próximos ocho meses 300.000 toneladas de cebada a la Unión Soviética, sin que ello suponga, según un portavoz oficial, la ruptura del acuerdo comunitario de no suplir las entregas de grano embargadas por Estados Unidos a raíz de la invasión soviética de Afganistán. La noticia fue dada a conocer ayer en Bruselas, al tiempo que el mismo portavoz reconocía como cierta la información, publicada por el Washington Post, según la cual la URSS importó entre julio de 1979 y julio de 1980 más grano que en los años inmediatamente anteriores.Según un informe secreto enviado por la Comisión Europea a cada uno de los Estados miembros, la Unión Soviética importó entre junio de 1979 y julio de 1980 cerca de 31 millones de toneladas de grano, cuando en el mismo periodo comercial anterior las compras de la URSS no superaron los 15,8 millones de toneladas. El portavoz oficial de la CEE afirmó que las estadísticas de Estados Unidos y de la CEE no coinciden, pero que, según los datos que obran en poder de los expertos comunitarios, Norteamérica suministró 15,3 millones de toneladas, contra 11,2 millones en el período anterior, mientras que el incremento de las ventas de los nueve fue mucho más reducido, pasando de 200.000 a 800.000 toneladas.

El documento secreto comunitario añade que Canadá y Australia -otros dos países implicados voluntariamente en el embargo contra la URSS- aumentaron aún más sus ventas de grano: Canadá proporcionó a Moscú más de 3,5 millones de toneladas (contra 2,1 millones), y Australia, 3,9 millones (contra sólo 100.000 toneladas entre junio de 1978 y julio de 1979). Argentina, que no se adhirió a la decisión de Washington de sancionar comercialmente a la URSS, aumentó sus exportaciones de grano hacia la Unión Soviética de 1,4 a 5,5 millones de toneladas. .

El portavoz de la CEE señaló que, al menos en el caso de los nueve, no se podía hablar de «ruptura del embargo», ya que el aumento de ventas se realizó a través de licencias de exportación concedidas antes del 15 de enero de este año, fecha en la que el Consejo de Ministros comunitario decidió apoyar la posición estadounidense.

Según las previsiones de los ministros de Agricultura de la Comunidad Económica Europea, la cosecha de cebada alcanzará este año un auténtico récord, superando los cuarenta millones de toneladas. Varios países, y especialmente Francia, han presionado para lograr una apertura de las exportaciones hacia la URSS a fin de dar salida a los excedentes La Unión Soviética, por el contrario, padecerá este año un déficit de cereales superior incluso al de años anteriores.

Consecuencias en el mercado mundial

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Las compras de cereales por parte de la URSS Fuera de Estados Unidos, sin contrato y, por consiguiente, a precios más elevados, han obligado a la URSS a utilizar en el mercado mundial sus reservas de oro, informa la AFP desde París.Los soviéticos han reanudado en los dos últimos meses sus envíos de oro a Suiza para cubrir con ellos las compras de cereales, que aumentarán el próximo año, debido al déficit en la cosecha del presente año.

Estos envíos han contribuido a frenar el alza de este metal después de la guerra entre Irak e Irán. De esta manera, las; insuficiencias agrícolas de los países socialistas están provocando en el mundo grandes maniobras financiero-políticas y, por supuesto, estratégicas, cuyas consecuencias están tomando cada día más importancia.

Mientras tanto, la Unión Soviética, a través de un despacho de la agencia Tass, señaló ayer que el embargo cerealero norteamericano «había sido un fracaso». La agencia oficial soviética señala que, «a pesar de las presiones de Washington, los más fieles aliados de Estados Unidos en el seno de los bloques militares y políticos han mantenido sus tradicionales contactos comerciales con la Unión Soviética, lo que ha permitido a la URSS duplicar sus importaciones durante este año».

Según Tass, los efectos del embargo se han vuelto contra Estados Unidos. «Las limitaciones en las exportaciones norteamericanas de cereales hacia la URSS costarán a Estados Unidos entre siete y diez millones de dólares (entre quinientos y setecientos millones de pesetas)», señala la agencia, que añade que los principales perdedores son los agricultores norteamericanos.

Precisamente el tema del embargo se ha convertido en Estados Unidos en una cuestión electoral. Ha recibido críticas por parte de los agricultores y ha sido calificado de ineficaz por el aspirante republicano a la presidencia, Ronald Reagan.

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