Poco público en el II Certamen del Libro de Otoño

Cuando faltan tres días para que concluya el II Certamen del Libro de Otoño de Madrid, que empezó el día 26 de septiembre, el balance de esta convocatoria ha sido aún menos alentador que el del pasado año. Poca afluencia de público y escasas ventas constituyen las características de una muestra en la que el único atractivo ha estado en algunos de los actos culturales que la han acompañado, debido a las escasas y poco interesantes novedades editoriales.En el Retiro, las 176 casetas no han ofrecido suficientes atractivos en cuanto a novedades como para que la gente se decidiera a comprar. Las ed...

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Cuando faltan tres días para que concluya el II Certamen del Libro de Otoño de Madrid, que empezó el día 26 de septiembre, el balance de esta convocatoria ha sido aún menos alentador que el del pasado año. Poca afluencia de público y escasas ventas constituyen las características de una muestra en la que el único atractivo ha estado en algunos de los actos culturales que la han acompañado, debido a las escasas y poco interesantes novedades editoriales.En el Retiro, las 176 casetas no han ofrecido suficientes atractivos en cuanto a novedades como para que la gente se decidiera a comprar. Las ediciones de bolsillo han sido las únicas capaces de animar a algunos a abrir la cartera. Dentro de éstas, los libros relacionados con temas ecológicos son los más solicitados, mientras que los temas literarios o históricos han sufrido un notable olvido por parte de los compradores. La vida en el campo, de John Seymour; La guía de los amantes del campo, editado por Blume, o El placer de vivir en la naturaleza, diario de la naturista Edith Holden, parecen ser los títulos más vendidos hasta el momento.

En la feria periférica, a la que se han sumado seis barrios madrileños, el panorama ha sido muy semejante e incluso puede asegurarse que las ventas han sido algo inferiores, aunque aquí, los libros con temas infantiles han predominado sobre el resto.

Ayer, Antonio Albarrán, en nombre de la comisión de organizadores del certamen, se negó a hacer un balance provisional de la feria, por estar en desacuerdo con el editorial que este periódico dedicó al tema el pasado domingo. «No facilitaremos ningún dato ni daremos nuestra opinión hasta que el periódico no rectifique», aseguró en nombre suyo y en el de sus compañeros de comisión.

Pese a esta colaboración informativa, el mismo Antonio Albarrán informó días antes de que, durante el primer fin de semana del certamen, sábado y domingo, se recaudaron 11.930.455 pesetas, frente a los 14.300.000 obtenidas durante el primer fin de semana del pasado año. No obstante, aseguraría que las ventas habían sido algo más altas que en la anterior convocatoria y que la fiesta del PCE les había restado público.

Las causas de este desinterés y escasez de ventas, a juicio de algunos visitantes, son las mismas que los propios organizadores esgrimieron durante la conferencia de Prensa de la presentación del certamen: fecha inadecuada, por coincidir con la venta del libro de texto, problemas de personal para los libreros de las barriadas periféricas y, sobre todo, ausencia casi total de novedades editoriales.

En cuanto a los actos culturales realizados hasta el momento, puede decirse que algunos de ellos han conseguido despertar el interés ciudadano. La fiesta-homenaje a Gómez de la Serna o la mesa redonda sobre el libro y los medios de comunicación celebradas en el Retiro, junto a algunos actos de la periferia (charla sobre la libertad de expresión, representaciones teatrales o juegos para niños), han contado con una notable afluencia de público. Las conferencias y espectáculos en las barriadas, programados de manera que se incluyeran temas de interés directo entre los vecinos (urbanismo, autonomía) han sido, quizá, las atracciones más reseñables del certamen.

En el Retiro, estos actos han resultado más fríos, probablemente debido a los temas elegidos. El mismo martes, una mesa redonda, convocada para hablar de las dificultades del libro, se destinó a recopilar una larga serie de quejas sobre lo mal que la Prensa -y en concreto este periódico- ha trado el tema de la feria.

Lo cierto es que ayer el Paseo de Coches del Retiro estaba, a media mañana, con el mismo público que un día cualquiera del año, y la mayoría de los vendedores esperaban, mano sobre mano, a que alguien se detuviera a comprar, o siquiera a echar un vistazo a cualquier ejemplar.

En las barriadas, el panorama era semejante, e incluso con menos afluencia de público que en días anteriores, probablemente debido a la constante amenaza de lluvia y al frío otoñal que se dejó sentir durante todo el día.

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