España tiene 4.000 millones de toneladas de reservas carboníferas
Las reservas de carbón estimadas en España se sitúan en torno a los 4.000 millones de toneladas, según un informe que publica en su última edición el boletín Enerpress.El carbón ha adquirido últimamente una nueva significación en el mundo, sobre todo a raíz de la crisis del petróleo, y especialmente en el caso de nuestro país, fuertemente dependiente del petróleo.
Para 1980, la producción prevista de carbón en España estará en torno a los 12,1 millones de toneladas de hulla y antracita y los 26,6 millones de lignito negro y pardo.
Según las previsiones del Plan Energético ...
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Las reservas de carbón estimadas en España se sitúan en torno a los 4.000 millones de toneladas, según un informe que publica en su última edición el boletín Enerpress.El carbón ha adquirido últimamente una nueva significación en el mundo, sobre todo a raíz de la crisis del petróleo, y especialmente en el caso de nuestro país, fuertemente dependiente del petróleo.
Para 1980, la producción prevista de carbón en España estará en torno a los 12,1 millones de toneladas de hulla y antracita y los 26,6 millones de lignito negro y pardo.
Según las previsiones del Plan Energético Nacional, las producciones deberán crecer rápidamente, y así, para 1982, el objetivo de producción de hulla y antracita deberá estar en quince millones de toneladas y en lignitos en 30,9 millones de toneladas. Estas cifras deberán superarse ampliamente en años subsiguientes, y para 1987 la producción de hullas y antracitas deberá acercarse a los diecisiete millones de toneladas/año, mientras los lignitos deberán estar en los 38 millones de toneladas anuales.
Importaciones masivas e investigación
Este esfuerzo de producción irá complementado con las importaciones masivas de carbón de los grandes productores mundiales y la potenciación del plan nacional de investigación del carbón, con inversiones de 50.000 millones sólo en 1981.De todo ello, añade la publicación, se deduce que el futuro energético de España pasa por el carbón inexorablemente, como en todos los países industrializados, y el país que no tenga fuertes programas al respecto o no entiende el rumbo de la política energética en estos momentos lo pasará muy mal, incluso a corto plazo.