La guerra entre Irán e Irak

Calma relativa en Bagdad

La relativa calma en que vivió ayer Bagdad sólo fue interrumpida por una alarma aérea, de una hora de duración, alrededor de mediodía. Como en ocasiones anteriores, los habitantes de la capital iraquí se refugiaron en sus casas, donde todo el mundo está pendiente del transistor y de los partes militares.Las tiendas y las oficinas publicas abrieron ayer. En los mercados había afluencia de compradores y un abastecimiento relativamente normal. Sólo para comprar pan, arroz y azúcar se formaron colas considerables. No hay, por el momento, síntomas de pánico comprador en previsión de un empeoramient...

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La relativa calma en que vivió ayer Bagdad sólo fue interrumpida por una alarma aérea, de una hora de duración, alrededor de mediodía. Como en ocasiones anteriores, los habitantes de la capital iraquí se refugiaron en sus casas, donde todo el mundo está pendiente del transistor y de los partes militares.Las tiendas y las oficinas publicas abrieron ayer. En los mercados había afluencia de compradores y un abastecimiento relativamente normal. Sólo para comprar pan, arroz y azúcar se formaron colas considerables. No hay, por el momento, síntomas de pánico comprador en previsión de un empeoramiento de la situación.

Se registran aglomeraciones en las oficinas de las compañías aéreas, donde centenares de personas pretenden obtener billetes para abandonar el país. Una actividad parecida reina en la estación de autobuses de Bagdad, a pesar de que las únicas rutas terrestres abiertas son las que enlazan Irak con Jordania. En los numerosos barrios dañados por los bombardeos iraníes se reparan calles y viviendas, algunas de ellas virtualmente demolidas.

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En general, la ciudad inició ayer un ensayo, a cámara lenta, de normalización.

En general, predomina entre los iraquíes un sentimiento de victoria próxima, o de fin de la guerra con su vecino. En especial, la población considera satisfactorio el curso de los combates aéreos. Según los partes oficiales de Bagdad, el martes fueron abatidos 67 aparatos iraníes. El triunfalismo de los medios informativos es general, y en todos ellos ocupa un lugar preeminente los comentarios soviéticos al conflicto, de los que los iraquíes parecen deducir un apoyo de Moscú a su posición.

No hay todavía una cifra oficial sobre el número de muertos y heridos provocados por los bombardeos iraníes. La actividad en los hospitales es muy intensa. Ayer se supo que unas imágenes mostradas por la televisión en las que se veía al presidente Saddam Hussein reconfortando a los heridos habían sido filmadas, en realidad, en abril pasado, con ocasión de los graves atentados que tuvieron por escenario la capital iraquí.

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