Secuestrado en Guipúzcoa el industrial Pedro Abréu

Cinco encapuchados secuestraron durante la madrugada del lunes, en la localidad guipuzcoana de Orio, al industrial Pedro Abréu Almagro, súbdito cubano en el exilio. La operación, similar a la realizada por ETApm con el empresario catalán Jesús Serra el pasado mes de mayo, se llevó a cabo en la residencia que el secuestrado posee en esta localidad, cuando se encontraba con su esposa y sus suegros, todos ellos naturales de Orio.Un sacerdote del barrio madrileño de Vallecas, amigo del secuestrado, anunció ayer a EL PAIS que está dispuesto a ofrecerse como intermediario ante los secuestradores....

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Cinco encapuchados secuestraron durante la madrugada del lunes, en la localidad guipuzcoana de Orio, al industrial Pedro Abréu Almagro, súbdito cubano en el exilio. La operación, similar a la realizada por ETApm con el empresario catalán Jesús Serra el pasado mes de mayo, se llevó a cabo en la residencia que el secuestrado posee en esta localidad, cuando se encontraba con su esposa y sus suegros, todos ellos naturales de Orio.Un sacerdote del barrio madrileño de Vallecas, amigo del secuestrado, anunció ayer a EL PAIS que está dispuesto a ofrecerse como intermediario ante los secuestradores.

Abréu Almagro, casado con una guipuzcoana de familia nacionalista, era muy conocido en Orio. Vinculado al deporte, se ha mostrado muy generoso con los remeros oriotarras, a los que ha financiado viajes y estancias fuera del País Vasco.

Paralelamente a este hecho, tras el cuádruple atentado de Marquina, en donde murieron cuatro guardias civiles, se han producido algunas acciones violentas en el País Vasco. Concretamente, en Durango, en la madrugada del domingo, eran ametrallados indiscriminadamente un grupo de transeúntes, acción esta reivindicada ayer por el Batallón Vasco Español. Asimismo, en las afueras de Marquina fueron arrollados por un vehículo dos jóvenes que, previamente, habían sido apaleados por unos individuos que se hicieron pasar por guardias civiles.

Páginas 13 y 14

Editorial en página 10

Archivado En