El pesquero, "Buendía Sobrino" naufragó en aguas mauritanas

El pesquero español Buendía Sobrino se hundió ayer a unas cuarenta millas de la costa mauritana, al oeste del cabo Blanco. Al parecer, el hundimiento se debió a una vía de agua, según la comunicación que pudo transmitir el patrón del pesquero. Las operaciones de búsqueda de los náufragos resultaron obstaculizadas por las autoridades mauritanas, que amenazaron con incautarse de los barcos que entraran en sus aguas jurisdiccionales.

Según pudo conocer este corresponsal de portavoces de la Zona Marítima de Canarias, la primera noticia que se tuvo del hundimiento del pesquero español...

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El pesquero español Buendía Sobrino se hundió ayer a unas cuarenta millas de la costa mauritana, al oeste del cabo Blanco. Al parecer, el hundimiento se debió a una vía de agua, según la comunicación que pudo transmitir el patrón del pesquero. Las operaciones de búsqueda de los náufragos resultaron obstaculizadas por las autoridades mauritanas, que amenazaron con incautarse de los barcos que entraran en sus aguas jurisdiccionales.

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Según pudo conocer este corresponsal de portavoces de la Zona Marítima de Canarias, la primera noticia que se tuvo del hundimiento del pesquero español Buendía Sobrino, con base en Las Palmas, fue a las cinco de la mañana, hora canaria de ayer, jueves. El carguero Monte Zalama recibió sobre la hora indicada una llamada urgente y desesperada del patrón del Buendía Sobrino, indicando que el barco se hundía como consecuencia de una vía de agua, al oeste del cabo Blanco, concretamente, a unas cuarenta millas de la costa. «Abandonamos el barco y nos pasamos a una falúa», parece ser que señaló el patrón del Buendía Sobrino, Justo Quintana, mientras cortaba la comunicación.

Inmediatamente, varior buques que recibieron el aviso comenzaron la búsqueda de los náufragos del Buendía Sobrino, sin resultados positivos. Por otra parte, el mensaje transmitido por el patrón del buque siniestrado podría estar incompleto, lo que dificulta las labores de rescate. Tanto la costera de Las Palmas como la de Tenerife. lanzaban desde muy temprano frecuentes SOS en orden a que los barcos que estuvieran navegando por la zona se unieran a la búsqueda de la falúa y los tripulantes del pesquero hundido.

Otra dificultad radicó en la propia zona indicada por el patrón, y que corresponde a aguas jurisdiccionales mauritanas. Parece ser, según Efe, que se hicieron gestiones con las autoridades de aquel país con vistas a que las patrulleras mauritanas no pusieran obstáculos a este servicio de socorro. Sin embargo, según manifestó en San Sebastián el capitán del Goizaldi, las autoridades mauritanas han prohibido la entrada en sus aguas jurisdiccionales a los barcos que participan en la búsqueda y rescate, que han sido amenazados de incautación. El citado capitán, Iñaki Villalaurreta, declaró a Efe que se estaba a la espera de la llegada de un barco de guerra español que proteja la operación de búsqueda.

El armador del Buendía Sobrino, Justo Martín Quintana, de Las Palmas, manifestó: «Es un langostero, y llevaba un vivero a bordo. Hasta el momento, desconozco la causa de la vía de agua que provocó el hundimiento del Buendía Sobrino. Puede ser un accidente casual o por anormalidades en una de las paredes del vivero».

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La tripulación del Buendía Sobrino estaba compuesto por cinco canarios y dos hombres de color, un senegalés y un gambiano. He aquí la relación de la tripulación, facilitada por el armador: Carlos Machín Mesa, patrón; Pedro Quevedo Pérez, maquinista; Manuel Machado Santisteban, engrasador, Domingo Trujillo Perdomo y José Santana Flores, marineros. Los dos extranjeros responden a los nombres de Gourman Fall y Abdoul latta.

Según agregó Martín Quintana, el Buendía Sobrino era de madera, y tenía 22,64 metros de eslora, 6,3 metros de manga y 2,4 metros de puntal.

La tripulación, a salvo en Mauritania

Tras varias horas de inquietud e incertidumbre por la suerte de los tripulantes, a primeras horas de la madrugada de hoy llegó la noticia a Las Palmas de que los siete náufragos se encontraban en perfecto estado de salud en el puerto mauritano de Noahdibu, de donde tenían previsto partir hoy con dirección a Las Palmas por vía aérea. El aspecto de todos ellos, según dijeron las autoridades mauritanas, era satisfactorio, aunque con signos de agotamiento.

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