El descontento judío con los demócratas

Tradicionalmente, el electorado judío- norteamericano vota demócrata. Pero, en la elección presidencial del próximo 4 de noviembre, el presidente Jimmy Carter puede quedar al margen de la mayoría del 5% que supone entre el electorado norteamericano el voto de la minoría judía. Las razones de descontento son profundas y no sólo atribuibles a la postura de la Administración Carter respecto al Estado de Israel. «Cuentan también los aspectos del deterioro económico», dice un comunicado del Comité Judío Americano, con sede en Nueva York.Durante las elecciones primarias, los judíos norteamericanos v...

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Tradicionalmente, el electorado judío- norteamericano vota demócrata. Pero, en la elección presidencial del próximo 4 de noviembre, el presidente Jimmy Carter puede quedar al margen de la mayoría del 5% que supone entre el electorado norteamericano el voto de la minoría judía. Las razones de descontento son profundas y no sólo atribuibles a la postura de la Administración Carter respecto al Estado de Israel. «Cuentan también los aspectos del deterioro económico», dice un comunicado del Comité Judío Americano, con sede en Nueva York.Durante las elecciones primarias, los judíos norteamericanos votaron cuatro por Kennedy contra uno por Carter. Lo difícil es determinar si el voto de Kennedy se trasladará ahora al equipo Carter-Mondale. Según los sondeos, probablemente no. El malestar es profundo respecto a Ja presidencia de Jimmy Carter y muchos judíos podrían inclinarse por un voto a favor del candidato «independiente» John Anderson, más próximo a la tradición liberal de los judíos norteamericanos que el conservador republicano Ronald Reagan.

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Entre las capas religiosas de la sociedad norteamericana, el voto judío ha sido hasta ahora el más riel a los demócratas, con el 56%, contra el 43 % entre los católicos y el 39% entre los protestantes. Porcentaje que puede variar ante los temores que inspiran a los judíos norteamericanos otros cuatro años de Administración Carter. Nadie interpreta como «errores», entre los judíos, el voto propalestino de la delegación de EE UU en el Consejo de Seguridad de la ONU, condenando la implantación de nuevas colonias israelíes en los territorios ocupados desde 1967. Hay temores fundados a que, liberado del condicionamiento electoral, Jimmy Carter abra las puertas a la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), a fin de buscar una solución negociada para una paz en Oriente Próximo, que resuelva el tema del pueblo palestino, actualmente bloqueado en las negociaciones de paz egipcio-israelíes, nacidas de los acuerdos de Camp David. Pero, los judíos norteamericanos no olvidan, como dice Hyman Bookbinder, representante en Washington del Comité Judío Americano, que «cualquiera que sea el nuevo presidente elegido, sufrirá las presiones de los árabes y sus simpatizantes». Razón, quizá, para que los judíos continúen aportando su voto al candidato del Partido Demócrata, aunque se llame Jimmy Carter.

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