Bolivia, otra vez

Estaban en lo cierto quienes, temiéndolo, presumían la inminencia de un golpe de Estado en Bolivia. Tanto lo endémico de este género de desenlaces en aquella hermósa y dura nación hispánica como las concretas circunstancias de esta ocasión, hacían previsible el nuevo episodio de intervencionismo militar. La crónica de este suceso como la propia rememoración de las decenas de quiebras del poder político boliviano obligan a pensar en una suerte de dramática inviabilidad estructural, allí, para la democracia párlamentaria. Tal como señalábamos ayer en una nota de nuestra redacción, el golpe de Es...

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Estaban en lo cierto quienes, temiéndolo, presumían la inminencia de un golpe de Estado en Bolivia. Tanto lo endémico de este género de desenlaces en aquella hermósa y dura nación hispánica como las concretas circunstancias de esta ocasión, hacían previsible el nuevo episodio de intervencionismo militar. La crónica de este suceso como la propia rememoración de las decenas de quiebras del poder político boliviano obligan a pensar en una suerte de dramática inviabilidad estructural, allí, para la democracia párlamentaria. Tal como señalábamos ayer en una nota de nuestra redacción, el golpe de Estado ha venido a resultar la más estable de las instituciones políticas (?) de Bolivia.19 de julio

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