ARAGON

El alcalde de Zaragoza replica al embajador norteamericano sobre las ayudas

El alcalde de Zaragoza, Ramón Sainz de Varanda, ha salido al paso del telegrama enviado por el embajador de Estados Unidos en España, Terence A. Todman, en el que califica de «malentendido» el conflicto surgido por el rechazo de los proyectos culturales de ayuda a Zaragoza, por parte del comité conjunto hispano-norteamericano.

«Particularmente grave resulta para los zaragozanos», dice Sainz de Varanda, «que el embajador de EE UU en España afirme no comprender lo que él califica como malentendido. Si el señor Todman no es capaz de comprender que nuestra indignación, la de los aragone...

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El alcalde de Zaragoza, Ramón Sainz de Varanda, ha salido al paso del telegrama enviado por el embajador de Estados Unidos en España, Terence A. Todman, en el que califica de «malentendido» el conflicto surgido por el rechazo de los proyectos culturales de ayuda a Zaragoza, por parte del comité conjunto hispano-norteamericano.

«Particularmente grave resulta para los zaragozanos», dice Sainz de Varanda, «que el embajador de EE UU en España afirme no comprender lo que él califica como malentendido. Si el señor Todman no es capaz de comprender que nuestra indignación, la de los aragoneses, no es un malentendido, sólo cabe explicarlo suponiendo que no conoce, ni mucho ni poco, el alto concepto que de nuestra dignidad como pueblo tenemos los aragoneses».

«El Ayuntamiento de Zaragoza no comprende», según manifiesta su alcalde, «que las cantidades fijadas por el Tratado de Amistad y Cooperación, como una forma de compensación por los perjuicios que supone la presencia militar en nuestro suelo sean únicamente las bajas cantidades citadas en el texto del embajador; pero es que, aun que se aceptara como buena tal cantidad, cualquier aragonés ha comprendido la unánime reacción de estupor y protesta expresada, no sólo por los grupos políticos que componen el ayuntamiento, sino por entidades dirigidas en exclusiva por el partido del Gobierno, como la Diputación General de Aragón». Finalmente, insiste en que durante todo el tiempo de vigencia del tratado, la única compensación que se ha acordado para Zaragoza, por la presencia de la base, ha sido la entrega de los ochenta proyectores de diapositivas, algo que se califica como una humillante «limosna».

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