Juan Pablo II y Jimmy Carter conversaron a solas durante más de una hora

El presidente norteamericano concluyó ayer su visita a Roma pasando una mañana entera en el Vaticano. Su encuentro con el papa Juan Pablo II, que oficialmente era «privado», tuvo mayor publicidad y resonancia que las visitas de los cinco presidentes americanos precedentes.

La ceremonia fue transmitida por vez primera en directo por la Radiotelevisión italiana, en conexión con Estados Unidos.El helicóptero personal de Carter. Marine One, aterrizó en el pequeño helipuerto de los históricos jardines vaticanos a las diez y cuarto de la mañana. Acompañaban al presidente su mujer, vest...

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El presidente norteamericano concluyó ayer su visita a Roma pasando una mañana entera en el Vaticano. Su encuentro con el papa Juan Pablo II, que oficialmente era «privado», tuvo mayor publicidad y resonancia que las visitas de los cinco presidentes americanos precedentes.

La ceremonia fue transmitida por vez primera en directo por la Radiotelevisión italiana, en conexión con Estados Unidos.El helicóptero personal de Carter. Marine One, aterrizó en el pequeño helipuerto de los históricos jardines vaticanos a las diez y cuarto de la mañana. Acompañaban al presidente su mujer, vestida de negro, y su hija Amy, con un traje naranja. Con ellos, las principales autoridades estadounidenses que acompañan al presidente en este viaje, entre ellas Zbigniew Brzezinski, consejero de la Seguridad Nacional, quien al parecer tiene un teléfono directo con el Vaticano y puede hablar con el Papa en su lengua natal.

Recibió al presidente Carter el sustituto de la Secretaría de Estado, arzobispo Eduardo Martínez Somalo. Todo el cortejo llegó en automóvil hasta el patio de San Dámaso, donde la guardia suiza pontificia rindió honores al presidente americano antes de que éste se dirigiera en ascensor hasta el despacho privado M Papa.

El papa Wojtyla dijo que en el coloquio secretísimo durante una hora y cuarto. Terminado éste, fueron introducidos en la biblioteca personal de Juan Pablo II la esposa de Carter y su hija de doce años. El Papa les hizo sentarse alrededor de su mesa de despacho y conversó con ellos durante veinte minutos, después de haber besado cariñosamente a Amy, cogiéndole la cabeza entre sus manos.

Sólo después fue admitida a la audiencia la misión oficial que acompañaba al presidente y tuvieron lugar los discursos del Papa y de Carter, esta vez transmitidos en directo por la radio y televisión.

Juan Pablo II recordó a Carter que «toda violación de la justicia es una bofetada a la dignidad humana». El Papa volvió a subrayar la estima que los americanos tienen de los valores religiosos: «Estos sentimientos», dijo el Papa, «constituyen el tejido moral de la nación, la fuerza del Estado cuando representa "una nación bajo Dios"».

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El papa Wojtyla dijo que en el centro de todo valor religioso está el valor de cada persona «desde el primer momento de su existencia». Hizo votos para que la fe común monoteística «pueda promover la armonía entre todos los creyentes en Dios», y acabó diciendo que la Santa Sede es consciente de la gran responsabilidad que cae hoy sobre Estados Unidos, como para justificar la importancia enorme concedida a esta audiencia, a pesar de que entre el Vaticano y Washington no existen relaciones oficiales.

Carter, por su parte, no dejó de manifestar los puntos de coincidencia de la política: americana con las líneas del pontificado de Juan Pablo II: «Estados Unidos», dijo «se esfuerza todo lo que puede a favor de las personas que viven en situaciones intolerables». Añadió que América pone su ayuda al servicio de Indochina, de Africa y de Afganistán y que «en todas partes Estados Unidos se esfuerza a favor de la paz y de la defensa de los derechos humanos». Nosotros, afirmó Carter, «deseamos combatir por la democracia y la libertad también en América Latina», y dio las gracias al Papa por sus esfuerzos a favor de los rehenes de Teherán, víctimas del terrorismo».

Carter dejó el Vaticano a las dos y cuarto de la tarde, después de haber visitado la basílica de San Pedro, los museos y las grutas vaticanas.

Los observadores afirmaban ayer que quizá nunca hubo tanto deseo de diálogo entre Estados Unidos y el Vaticano como con Wojtyla, el primer Papa que ha entrado en la Casa Blanca.

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