PAIS VASCO

La propuesta de referéndum sobre Lemóniz no satisface a los antinucleares

La resolución del Parlamento vasco de someter a referéndum, popular la autorización definitiva de funcionamiento de la central nuclear de Lemóniz no ha causado una emoción particular entre los antinucleares vascos. En primer lugar, porque la resolución adoptada no tiene carácter vinculante dado que se limita a «instar de las autoridades competentes» la convocatoria de tal referéndum. Los numerosos pasos legales previos necesarios para que la propuesta llegue a plasmarse -petición al Congreso por parte del presidente del Gobierno, resolución de la Cámara por mayoría absoluta, informe favorable ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La resolución del Parlamento vasco de someter a referéndum, popular la autorización definitiva de funcionamiento de la central nuclear de Lemóniz no ha causado una emoción particular entre los antinucleares vascos. En primer lugar, porque la resolución adoptada no tiene carácter vinculante dado que se limita a «instar de las autoridades competentes» la convocatoria de tal referéndum. Los numerosos pasos legales previos necesarios para que la propuesta llegue a plasmarse -petición al Congreso por parte del presidente del Gobierno, resolución de la Cámara por mayoría absoluta, informe favorable al Consejo de Ministros y convocatoria real- ofrecen obstáculos más que suficientes como para temer que el proyecto pueda quedar varado.Por otra parte, la iniciativa de convocatoria no se produciría, en cualquier caso, hasta después de que haya finalizado sus trabajos la comisión parlamentaria que se acordó crear para investigar el conjunto de los problemas -necesidades energéticas, posibles alternativas, etcétera-, con lo que el proceso puede dilatarse durante un largo período de tiempo de quizás año y medio o dos años. Para entonces es evidente que la central estará, totalmente terminada y a falta tan sólo de la instalación del uranio.

De ahí la segunda razón del escepticismo de los antinucleares, que hicieron público ayer un comunicado -firmado por la Comisión de defensa de una costa vasca no nuclear-, en el que se asegura que «nada se ha avanzado con respecto al objetivo principal: la paralización de las obras». Entienden los antinucleares que al centrarse el debate sobre los aspectos financieros se han «olvidado las ilegalidades y flagrantes irregularidades existentes».

El temor de los antinucleares es que con un planteamiento tan general y con la obra ya concluida, el hipotético referéndum pueda plantearse en términos igualmente demasiado generales que no cuestionen específicamente Lemóniz, sino, por ejemplo, si se está a favor o en contra de la autonomía energética, o si se está a favor o en contra de la diversificación de las fuentes energéticas, incluida la nuclear.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En