La Comisión Europea, irritada con Calvo Sotelo

La Comisión Europea, o al menos varios de sus miembros, se siente «molesta» por la forma en la que la Administración española, y especialmente el ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Leopoldo Calvo Sotelo, lleva las negociaciones en esta primera etapa de conversaciones. La gota que, a juicio de las fuentes comunitarias consultadas, ha hecho rebasar el vaso, fue la intervención de Calvo Sotelo ante la comisión mixta Parlamento Europeo-Cortes Españolas, que califican de «innecesariamente irónica» y «pensando más en la política interna española que en las relaciones hispano-...

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La Comisión Europea, o al menos varios de sus miembros, se siente «molesta» por la forma en la que la Administración española, y especialmente el ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Leopoldo Calvo Sotelo, lleva las negociaciones en esta primera etapa de conversaciones. La gota que, a juicio de las fuentes comunitarias consultadas, ha hecho rebasar el vaso, fue la intervención de Calvo Sotelo ante la comisión mixta Parlamento Europeo-Cortes Españolas, que califican de «innecesariamente irónica» y «pensando más en la política interna española que en las relaciones hispano-comunitarias».

Las mismas fuentes reconocieron que la Comunidad, tanto a nivel de la Comisión como del Consejo de Ministros, está irritada sobre todo por la negativa española de aceptar una revisión del acuerdo de 1970, que, según la CEE, desequilibra la balanza comercial a favor de España. El Gobierno de Madrid alega que durante muchos años las relaciones hispano-comunitarias se cerraron con un saldo negativo para nuestro país.Pero si el acuerdo de 1970 es uno de los puntos fundamentales de desacuerdo, la forma en la que se desarrollan las relaciones con la Comisión Europea es una espina para algunos funcionarios comunitarios, que critican los puentes entre unos y otros que intenta realizar el ministro español.

Leopoldo Calvo Sotelo desmintió que hubiera existido ningún enfrentamiento con el vicepresidente Lorenzo Natali en el transcurso de la sesión conjunta entre parlamentarios europeos y españoles. Matizó que había existido un «diálogo vivo », pero no con Natali, sino con los miembros del Parlamento Europeo, y el presidente de la comisíón mixta, el comunista Carlo Galluzzi, habló en algún momento de «escaramuzas».

El ministro español insistió en que los plazos de la negociación serían respetados y se congratuló de que el vicepresidente Natali tuviera esta misma opinión en lo que concierne a la comisión. Explicó que los problemas que plantean los comunitarios sobre el aceite de oliva español se basan en la hipótesis de que disminuirá el consumo interno de este producto en nuestro país, lo que no tiene por qué suceder si se respeta la proporción de precios que existe actualmente entre el aceite de oliva y otras grasas vegetales.

En cuanto a las obligaciones de la CEE con países de la ribera sur mediterránea, Calvo Sotelo afirmó que esas obligaciones «deben pagarse en unidades de cuenta. es decir, por toda la Comunidad, y no en espárragos o naranjas, de forma que repercuta sólo sobre algunos países».

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La Comisión Europea, irritada con Calvo Sotelo

Viene de primera páginaCalvo Sotelo negó también que en sus contactos con personalidades comunitarias hubiera surgido en algún momento la posición del Gobierno español de no sumarse al acuerdo de Nápoles sobre sanciones a Irán.

La reunión de la Comisión Mixta terminó con un comunicado en el que los parlamentarios reafirman la dimensión política de la adhesión de España, así como su deseo «de ver la adhesión realizada en una fecha lo más próxima posible al 1 de enero de 1983». El presidente de la delegación española, el diputado centrista Ignacio Camuñas, se felicitó por este acuerdo y por el compromiso expresado por la comisión de mantener los plazos acordados. Camuñas confirmó que el Gobierno español pretende solicitar un protocolo financiero de la Comunidad «y no recuerdo que la Comunidad haya expresado ninguna oposición a este respecto».

El ministro español aprovechó su estancia en Bruselas para entrevistarse con el comisario Ettienne Davignon, encargado del sector siderúrgico comunitario. Calvo Sotelo planteó a Davignon, al parecer, la necesidad de que no prospere el procedimiento antidumping iniciado el pasado 19 de octubre contra empresas españolas exportadoras de tubos. Todos los procedimientos antidumping contra empresas siderúrgicas españolas se cerraron a raíz del acuerdo de autolimitación de exportaciones españolas en este sector, firmado en abril de 1979. Pero en octubre se abrió uno nuevo contra determinadas empresas que, a juicio de la comisión, podrían estar exportando tubos a un precio primado, con lo que causan perjuicios a algunas empresas comunitarias.

El tema será tratado el próximo día 12 en una reunión que se celebrará en Bruselas, a fin de examinar conjuntamente los problemas que se deriven de la aplicación del acuerdo de autolimitación.

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