GALICIA

Violenta agresión de pescadores furtivos a vecinos de Arosa

Juan Manuel González Pena, pescador de la isla de Arosa (Pontevedra), resultó gravemente herido la noche del sábado, a consecuencia de la agresión armada de que fue objeto la lancha de vigilancia que tripulaba por parte de dos pequeños barcos que se dedicaban a la pesca furtiva en la costa occidental de la citada isla. Los pescadores furtivos realizaron varios disparos contra los tripulantes de la embarcación atacada.

El herido, con fractura de cráneo, está siendo atendido en el Hospital General de Galicia, en Santiago de Compostela, donde permaneció inconsecuente hasta mediodía de ...

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Juan Manuel González Pena, pescador de la isla de Arosa (Pontevedra), resultó gravemente herido la noche del sábado, a consecuencia de la agresión armada de que fue objeto la lancha de vigilancia que tripulaba por parte de dos pequeños barcos que se dedicaban a la pesca furtiva en la costa occidental de la citada isla. Los pescadores furtivos realizaron varios disparos contra los tripulantes de la embarcación atacada.

El herido, con fractura de cráneo, está siendo atendido en el Hospital General de Galicia, en Santiago de Compostela, donde permaneció inconsecuente hasta mediodía de ayer, bajo pronóstico reservado. En el mismo incidente resultaron también heridos José Díaz, Belardino Dios, Juan Carlos Viñas y Eugenio García.Todos ellos tripulaban una lancha de vigilancia pesquera, patrocinada por la Cofradía de Pescadores de la Isla de Arosa, que sorprendió a una embarcación furtiva cuando se dedicaba a la recogida de mariscos, dentro del período de veda, en uno de los extremos de la isla. Esta embarcación furtiva se dio inicialmente a la fuga, pero minutos más tarde regresó con otra lancha tripulada también por pescadores furtivos, desde la que empezaron a disparar con escopetas de caza y probablemente con rifles de repetición, según versión de los agredidos, contra los pescadores vigilantes, los cuales consiguieron evitar los impactos arrojándose con rapidez sobre el suelo de su embarcación.

Pero la agresión no se redujo a los disparos, sino que la lancha vigilante fue muy pronto abordada a gran velocidad por una de las dos embarcaciones furtivas, que le ocasionó graves desperfectos e hirió a todos sus tripulantes, de gravedad en el caso de Juan Manuel González, que quedó inconsciente y fue evacuado del lugar con grandes dificultades por sus compañeros, debido a que la embarcación que tripulaban resultó dañada de consideración, con toda su parte de estribor prácticamente destruida. Los agresores se dieron a la fuga e interviene la investigación del caso la Comandancia de Marina de Villagarcía de Arosa.

No es la primera vez que se registran incidentes de esta naturaleza, sino que este caso forma parte de toda una escalada de enfrentamientos habidos durante los últimos tiempos entre la autovigilancia establecida por las cofradías de pescadores y el abundante furtivismo que se viene practicando, sobre todo desde los puertos de Cambados y Carril, en la ría de Arosa. En este sentido, se pueden reseñar los disparos de que fue objeto el marinero de la Puebla del Caramiñal, José Fernández, con heridas de consideración en un brazo y varias embarcaciones tiroteadas cuando vigilaban las costas de Ribeira y otros actos de violencia registrados en las proximidades de la Puebla. La opinión generalizada entre los patrones mayores de las cofradías de la ría y entre los marineros en general es que las autoridades de Marina no están ejerciendo suficiente vigilancia sobre las capturas furtivas de marisco.

«La situación está llegando a tal extremo de gravedad», declaró ayer a EL PAIS el patrón mayor de la isla de Arosa, Arturo Otero, «que la ría puede convertirse en escenario de auténtica guerra si no se pone rápidamente coto al verdadero atropello de que estamos siendo objeto. Que no se engañen las autoridades, la ría de Arosa tiene ahora mismo más terrorismo que el País Vasco. Quienes resultan continuamente atacados, incluso con armas de fuego, tendrán que defenderse como puedan si las autoridades no ponen freno a este desmadre y, si ello llega a suceder, puede estallar una verdadera guerra civil entre pescadores».

De hecho, en la ría de Arosa se registraron ya numerosos incidentes, que no han sido suficientemente aclarados y que comprenden incluso el reciente secuestro de que fue objeto el ayudante de Marina de Villagarcía.

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