Después de Tito

Yugoslavia perdió 1.600.000 vidas humanas en su lucha de cuatro años contra el invasor nacional-socialista germano. Fue uno de los más heroicos combates de independencia de la historia moderna de Europa. Los guerrilleros de la resistencia lograron reunir hasta 800.000 hombres para oponerse a las tropas de ocupación de Hitler. Tito fue, desde 1941, el unificador militar y político de aquella epopeya nacional. Su ejecutoria castrense se convirtió en leyenda y, más tarde, en mito. Pero. la posguerra mundial está llena de esas mitificaciones políticas que subsistieron durante años, y en muchos cas...

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Yugoslavia perdió 1.600.000 vidas humanas en su lucha de cuatro años contra el invasor nacional-socialista germano. Fue uno de los más heroicos combates de independencia de la historia moderna de Europa. Los guerrilleros de la resistencia lograron reunir hasta 800.000 hombres para oponerse a las tropas de ocupación de Hitler. Tito fue, desde 1941, el unificador militar y político de aquella epopeya nacional. Su ejecutoria castrense se convirtió en leyenda y, más tarde, en mito. Pero. la posguerra mundial está llena de esas mitificaciones políticas que subsistieron durante años, y en muchos casos siguieron gobernando países cuando ya el paso del tiempo los iba convirtiendo en estatuas ( ... ).¿Qué régimen espera a Yugoslavia después de- Tito? Cabe pronosticar que será el «titismo». Es demasiado grande la impronta dejada por el hombre que salvó dos veces a la independencia nacional, primero frente a Hitler y después frente a Stalin, para que la estructura política que estableció no se mantenga en lo esencial, aunque el mando colectivo sustituya al personal y se produzcan seguramente las graduales reformas económicas y necesarias. ¿Habrá una veleidad tentadora en el círculo interior del mando soviético al conocerse la desaparición del último gran personaje de la segunda guerra mundial? Nadie lo puede predecir con certeza. Pero Rusia sabe que el Occidente no miraría con indiferencia cualquier desequilibrio grave en esa zona neurálgica del Viejo Continente, donde ya se originó, en 1914, la chispa que desencadenó el primer gran incendio que devoró a los pueblos de Europa en este siglo.

6 de mayo

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