Gromiko inicia una difícil visita a París

Tras la invasión de Afganistán, es la primera vez que Gromiko viaja al mundo occidental, pero nada hace presumir que en París vaya a operarse ni el más mínimo cambio de la estrategia soviética que caracterizó el asunto de Kabul. Francia intenta mantener el diálogo con el fin de evitar el final definitivo de la coexistencia pacífica.La visita oficial que ahora efectúa Grorniko a París estaba prevista y responde a una invitación de los franceses. En algún momento, las pasadas semanas, se habló de un posible retraso, sin fecha, del viaje, debido a la crisis Este-Oeste provocada por la invasió...

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Tras la invasión de Afganistán, es la primera vez que Gromiko viaja al mundo occidental, pero nada hace presumir que en París vaya a operarse ni el más mínimo cambio de la estrategia soviética que caracterizó el asunto de Kabul. Francia intenta mantener el diálogo con el fin de evitar el final definitivo de la coexistencia pacífica.La visita oficial que ahora efectúa Grorniko a París estaba prevista y responde a una invitación de los franceses. En algún momento, las pasadas semanas, se habló de un posible retraso, sin fecha, del viaje, debido a la crisis Este-Oeste provocada por la invasión de Afganistán, el último mes de diciembre. El hecho conviene acentuarlo, dicen los medios oficiales franceses consultados, «porque Francia no ha cedido en nada de su postura inicial sobre el asunto afgano, que calificó de "inaceptable", ni cederá tampoco ante las intenciones que se le presumen a Gromiko de hacer todo lo posible para separar a los países de Europa occidental de Estados Unidos».

Y esto último, tanto ahora, con motivo, de la visita del ministro de Exteriores de la URSS a París, como lo harán los dirigentes soviéticos cuando el canciller Schmidt visite Moscú. «Somos nosotros quienes le hemos invitado, y ello con el fin de evitar que la distensión se deteriore definitivamente».

El asunto afgano será el eje de las conversaciones, «sin pelos en la lengua» pero nadie se hace ilusiones. En París se subraya que, «a pesar de los argumentos tradicionales de la URSS, nosotros sabemos que sus tropas han intervenido de manera importante y decisiva, y que piensan mantenerse largo tiempo en suelo afgano, y no "temporalmente", como ellos afirman». A pesar de esto, París también está convencido de que, antes o después (tras las elecciones norteamericanas, probablemente), la URSS y EEUU volverán a encontrarse y, en definitiva, «el clima de crisis favorece el refuerzo de la política de bloques que les interesa a las dos superpotencias». De aquí la virtud del diálogo París-Moscú, en opinión de los franceses, que también servirá en esta ocasión para volver sobre la conferencia de desarme europeo, lanzada por Giscard d'Estaing, pero que los dos paises conciben de manera sensiblemente distinta. La Conferencia de Madrid, sobre el Acta Final de Helsinki, también surgirá en las conversaciones franco-soviéticas, pero cada cual dirá lo ya sabido: los rusos, que desean su celebración, aunque preferirían que se retrasara. Los franceses, que «la estamos preparando», aunque desearían otro clima más favorable entre el Este y el Oeste.

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