Cartas al director

¿Dónde exigir?

Durante las últimas semanas, nuestro Ministerio de Hacienda nos bombardea desde cualquier valla publicitaria o desde TVE con el último eslogan que se ha inventado: «Contribuir da derecho a exigir»; por cierto, nos dicen perfectamente dónde y cómo se puede contribuir, pero ¿dónde se puede exigir?Pasemos por alto, que ya es pasar, las rocambolescas peripecias financieras de RTVE o los sueldos mensuales que, según la prensa, cobran algunos consejeros de consejos autonómicos de alguna región o nacionalidad, por no asistir ni aconsejar a nadie. Todo con el dinero de los contribuyentes. Pero vayamos...

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Durante las últimas semanas, nuestro Ministerio de Hacienda nos bombardea desde cualquier valla publicitaria o desde TVE con el último eslogan que se ha inventado: «Contribuir da derecho a exigir»; por cierto, nos dicen perfectamente dónde y cómo se puede contribuir, pero ¿dónde se puede exigir?Pasemos por alto, que ya es pasar, las rocambolescas peripecias financieras de RTVE o los sueldos mensuales que, según la prensa, cobran algunos consejeros de consejos autonómicos de alguna región o nacionalidad, por no asistir ni aconsejar a nadie. Todo con el dinero de los contribuyentes. Pero vayamos a hechos más cotidianos, que, por ser de cada día, no merecen la atención de una noticia en la prensa, pero no por ello menos hirientes.

En la mañana del 16 de abril

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pasé por la Delegación de Hacienda de Madrid a tramitar el alta fiscal de una pequeña industria; pues bien, en la segunda planta, departamento de Licencia Fiscal, de cuatro ventanillas, solamente una se hallaba abierta al público, ante la cual se aglomeraba una considerable cantidad de gente formando cola. Las mesas de trabajo, que se podían ver a través de los cristales, se hallaban ocupadas por sus respectivos empleados en un 15% ó 20%, aproximadamente; eso sí, la mayoría de ellos charlando animadamente de mesa a mesa. Todo ello ante la indignación de las numerosas personas que contemplábamos el espectáculo desde la cola, pero. que no sabíamos dónde exigir, puesto que el citado anuncio no lo dice.

Ante tal descaro de nuestra Administración, precisamente desde el Ministerio que se encarga de administrar nuestras contribuciones, es forzoso que surja en nosotros la duda: contribuimos y exigimos o nos abstenemos. Por supuesto, los más avispados pensarán, y con razón, que ante tanta diligencia en el trabajo, malamente podrá Hacienda inspeccionar debidamente nuestras declaraciones.

¡Ah!, pero, eso sí: la cafetería de dicha Delegación se encuentra a cualquier hora con tanta cola ante el mostrador como las pocas ventanillas que se encuentran abiertas al público. Será para no desentonar. /

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