Ejército, sociedad y Guardia Civil

«No cabe aquí, ni es nuestro cometido, hacer un estudió técnico del proyecto, que además tiene aún que pasar por el Senado, sino encajarlo en el contexto histórico expuesto.(...) La guerra no la hacen ya solamente los ejércitos. La guerra es hoy total, llega a todos, es esfuerzo de todos y todos sejuegan en ella mucho más que la victoria o la derrota, sino el ser o no ser; las guerras actuales son guerras de supervivencia. El preámbulo del proyecto dice por eso que la política militar es sólo una parte.,de la política de defensa, y la política de defensa es cosa de la sociedad entera. No es só...

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«No cabe aquí, ni es nuestro cometido, hacer un estudió técnico del proyecto, que además tiene aún que pasar por el Senado, sino encajarlo en el contexto histórico expuesto.(...) La guerra no la hacen ya solamente los ejércitos. La guerra es hoy total, llega a todos, es esfuerzo de todos y todos sejuegan en ella mucho más que la victoria o la derrota, sino el ser o no ser; las guerras actuales son guerras de supervivencia. El preámbulo del proyecto dice por eso que la política militar es sólo una parte.,de la política de defensa, y la política de defensa es cosa de la sociedad entera. No es sólo cosa de militares, como recordó el ministro señor Rodriguez Sahagún al presentarla.Este nuevo plantearniento'exige una doble y mutua confianza entre la sociedad y el Ejército, que sólo es posible si él-Ejército está por encima de todo partidismo, en el único plano.donde puede teiteir el respeto y exigir la colaboración de todos: el plano nacional.

Un editorial no es el marco propio adecuado para el histórico que, además, ta mpoco nos hace falta. Basta con que nos rexhitarnos a los, cinco añostItimos. La dignidad del Ejército durante ese peflodo, el tacto eiqüisíto con que -se ha apartado de todo partidism o han motivado declaraciones de reconocimiento en bocas donde hace muy poco tiempo habrían sido inconcebibles.. Con esto no hacen las izquíerdas más que r'ecuperar una tradición perdida: durante la: fflayor parte del siglo XIX, la izquierda española- fue ardientemente patriota y sintió como propio el honor de uniforme. Pero es obvio. que.no son suficientes las palabras y que al respecto del ejército ante la política debe corresponder un respeto- análogo de los partidos hacia los valores nacionales, a los que el Ejército se siente es0ecialmente vinculado por historia, por formación y por el mandato constitucional. ( ... ) Se discutía el texto del proyecto que definía al Benemérite¡ Instituto como cuerpo militar y, en definitiva, se aprobó ula híbrida fórmula trans.accional que selimita a reconocer su dependencia -de¡ Ministerio de Defensa en las misiones militares que se le encomienden en tiempo de paz, y del. Ministerio del Interior en lo demás. Esta doble dependencia no es, una novedad y queda aplazada a lareglamentación futura, M institu .to ' todo lo pertinente a su organiza ción, ftínciones y régimen de pes sonal y disciplina: o en ello se re conoce su naturaleza militar o se le . despojaráde. lo que es razón principal de su eficacia y motivo de justo orgullo. Pero, no seamos ingenuos: 'Ia supresión de este reconocimiento en el proyecto de ley, aprobado es muy signiricativa. Demasiado. No es ése el camino del respeto que hemos pedido.»

, 12 de abril

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