Cartas al director

Circular libremente

El último fin de semana, y con motivo de la celebración del Aberri Eguna y de la desautorización de los actos convocados en Pamplona por las fuerzas abertzales para su conmemoración, se han implantado una serie de controles policiales que impediari la llegada a la Citada ciudad de todos aquellos que no acreditasen su residencia en la misma,. Incluso se llegó a prohibir, por orden del Gobierno Civil de una de las provincias Vascas (creo recordar que Vitoria), el servicio regular de autocares entre ésta y Pamplpna.El artículo 19 de nuestra Constitución dice textualmente: «Los españoles tienen de...

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El último fin de semana, y con motivo de la celebración del Aberri Eguna y de la desautorización de los actos convocados en Pamplona por las fuerzas abertzales para su conmemoración, se han implantado una serie de controles policiales que impediari la llegada a la Citada ciudad de todos aquellos que no acreditasen su residencia en la misma,. Incluso se llegó a prohibir, por orden del Gobierno Civil de una de las provincias Vascas (creo recordar que Vitoria), el servicio regular de autocares entre ésta y Pamplpna.El artículo 19 de nuestra Constitución dice textualmente: «Los españoles tienen derecho a elegir libremente su residencia y a circular por el territorio nacional.» Que yo sepa, este artículo no ha sido derogado, y, que se sepa, tampoco hay ningún estado de excepción; luego imagino que el citado artículo sigue vigente. Siendo así, ¿cómo se puede prohibir la libre circulación de los ciudadanos dentro de España? ¿No se estarán saltando «a la torera» nuestros queridísimos gobernantes la Constitución? ¿Es que la única forma de mantener el «orden» es atentando contra los derechos y libertades ciudadanas?

En el mismo orden de cosas es sumamente elocuente la imagen que muestra la fotografía publica da por EL PAIS el día 8 de abril y en la que se aprecia a un policía nacional en actitud «violenta» contra dos personas, una de las cuales es una mujer, que, por edad, bien pudiera ser la propia madre de ese policía. Es triste comprobar cómo estos señores han olvidado qu e proceden y forman parte del pueblo. No creo que exista ningún policía, que, haya sido nacido en palaciosio lujosas mansiones. Casi todos proceden de clases humildes, de ese pueblo que tan a menudo se ve acosado por sus propios hijos.

Parece como si se quisiera acabar con la violencia a base de más violencia, sólo que institucionalizada. El terrorismo no se va aparar porque los ciudadanos tengan, miedo a la policía. Contra el terror y la violencia gólo hay un arma eficaz: la libertad. Pero para conceder libertad hay que ser previamente libre y nuestros gobernantes, nues tros padres de la patria, están de masiadoatados a intereses creados como para ser libres.

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