Temor en Israel ante las probables presiones de EEUU

Los círculos oficiales de Jerusalén no han acogido con entusiasmo la invitación del presidente Carter, a pesar de que afirman lo contrario. El primer ministro Begin se pregunta, antes de la cumbre tripartita, cuáles serán las presiones que la Casa Blanca ejercerá sobre Israel.¿En qué medida Carter y Sadat -cuyas conversaciones precederán el encuentro Carter- Begin conseguirán elaborar una postura común de cara a la cuestión de las autonomías, lo que dificultaría, sin duda, la posición de Israel?

El hecho de que Carter haya optado por entrevistarse separadamente con Sadat y Begin ...

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Los círculos oficiales de Jerusalén no han acogido con entusiasmo la invitación del presidente Carter, a pesar de que afirman lo contrario. El primer ministro Begin se pregunta, antes de la cumbre tripartita, cuáles serán las presiones que la Casa Blanca ejercerá sobre Israel.¿En qué medida Carter y Sadat -cuyas conversaciones precederán el encuentro Carter- Begin conseguirán elaborar una postura común de cara a la cuestión de las autonomías, lo que dificultaría, sin duda, la posición de Israel?

El hecho de que Carter haya optado por entrevistarse separadamente con Sadat y Begin hace sospechar aquí que el presidente de EEUU va a fomentar una especie de «frente común» norteamericano-egipcio contra el Estado hebreo. La preocupación en Jerusalén es mayor, ya que la amplia victoria de Carter sobre Kennedy en las elecciones primarias disminuye la dependencia del «aspirante» en relación con el voto judío.

«Existe, sin embargo, como pone de relieve el diario Maariv, un amplio consenso nacional en Israel sobre las cuestiones esenciales: contra un Estado palestino, es decir, contra los poderes legislativos solicitados por Egipto para el futuro consejo palestino autónomo, y contra la división de Jerusalén, o lo que es lo mismo, contra la inclusión de Jerusalén este en las elecciones sobre el régimen de autonomía, como lo pide El Cairo.»

En definitiva, Begin podrá contar, para hacer frente a las peticiones egipcias y acaso también norteamericanas, no sólo con el apoyo de su mayoría parlamentaria, sino con el respaldo de la oposición laborista. El primer ministro israelí dice y repite que «el mundo no se hundirá» si las negociaciones «tripartitas» no desembocan en un acuerdo sobre el régimen de autonomía antes de la fecha tope prevista el 26 de mayo. «Nada puede perjudicar más al ambiente de las conversaciones que las discusiones con un cronómetro en rnano», añadió Begin.

Aún así, todos son perfectamente conscientes de que un mínimo progreso en las negociaciones es preciso antes del 26 de mayo, si se quiere prolongar el período de las conversaciones y evitar así una grave crisis.

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Jerusalén oriental

¿Cuál podría ser este progreso? A pesar de la situación enrevesada de Jerusalén, algunos comentaris tas israelíes no descartan un ligero avance que permita votar a los palestinos de Jerusalén este.Los egipcios, más o menos respaldados por Washington, exigen que la población palestina de Jerusalén oriental pueda participar en las elecciones sobre el régimen de autonomía, basándose en que forma parte de los territorios ocupados y más concretamente de Cisjordania. Para el Gobierno Begin -como para los Gobiernos laboristas que le han precedido-, este razonamiento es inaceptable, porque esta parte de la ciudad está unida a Jerusalén oeste desde la guerra de 1967. Su reunificación fue sancionada por la Kneset (Parlamento) y no se trata pues de un territorio ocupado.

Por otra parte, la propuesta de autonomía se limita, en opinión de Begin, a una autonomía «para la población» y no «para la población y los territorios ocupados», como la solicita Egipto.

En virtud de la definición israelí, sería probablemente posible incluir a los palestinos residentes en Jerusalén este, y que nó han optado por la nacionalidad israelí, en el futuro censo electoral de Cisjordania.

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