El informe "Interfuturos" apela a la imaginación para desarrollar políticas a largo plazo

Un crecimiento moderado para los países desarrollados, la aportación del Tercer Mundo a la producción industrial mundial, próxima al 25%, la agudización de la competencia y la amenaza permanente de distintos tipos de crisis, son algunas de las previsiones que hasta fin de siglo hace el informe Interfuturos, trabajo redactado por expertos de la OCDE por iniciativa del Gobierno japonés.

El informe Interfuturos, que es un ensayo de los países industrializados para desarrollar políticas económicas a largo plazo, reafirma la idea de que los planteamientos convencionales no servirán pa...

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Un crecimiento moderado para los países desarrollados, la aportación del Tercer Mundo a la producción industrial mundial, próxima al 25%, la agudización de la competencia y la amenaza permanente de distintos tipos de crisis, son algunas de las previsiones que hasta fin de siglo hace el informe Interfuturos, trabajo redactado por expertos de la OCDE por iniciativa del Gobierno japonés.

El informe Interfuturos, que es un ensayo de los países industrializados para desarrollar políticas económicas a largo plazo, reafirma la idea de que los planteamientos convencionales no servirán para dar salida a las situaciones que se produzcan en los próximos años, por lo que. hace una llamada a la imaginación para encontrar soluciones.El documento estima que para finales de siglo la evolución demográfica se habrá asentado en los 12.000 millones de habitantes, se implantarán nuevos estilos de vida en las sociedades avanzadas, aumentará la dependencia alimentaría conjunta de los países en vías de desarrollo, se internacionalizará la industria a partir de las compañías multinacionales, y la concepción del Estado y del mercado experimentarán importantes transformaciones.

Por lo que respecta a los países en desarrollo, estima buenas perspectivas de crecimiento para aquellos de renta media, y un crecimiento muy lento para los países más pobres, que hará que su renta media no supere los trescientos dólares para el año 2000.

La Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) organizó ayer un coloquio -en un intento de «salir de la inmediatez», según su presidente, Antonio Garrigues- sobre el informe en el que participaron los dos profesores españoles que intervinieron en su elaboración, Emilio Fontela y José Luis Sampedro.

Emilio Fontela recalcó que el informe es optimista, al considerar que los recursos energéticos y minerales son suficientes, y los problemas demográfico y alimentario no son tan alarmantes. Incidió, sin embargo, en que las soluciones a estos problemas se gestarán con cierta lentitud a causa de las actuales estructuras del mercado.

Por lo que se refiere a España, Emilio Fontela destacó que en el informe se la considera con una posición geopolítica favorable -a caballo entre dos áreas de importante desarrollo: Próximo Oriente y Latinoamérica- y con ventajas comparativas en la industria de transformación.

Para José Luis Sampedro, «el informe es engañosamente tranquilizador». Entiende el profesor que no se puede pensar en un crecimiento indefinido y que los límites políticos, es decir, las circunstancias de la vida en común, se presentarán antes que los físicos.

Defiende José Luis Sampedro que los autores últimos del informe no entienden la idea de la interdependencia porque tratan aún de imponer la voluntad de los países ricos sobre los pobres, e incurren en «el gran error de todos los poderosos: subestimar al débil, cuando no menospreciarlo» en unos momentos en que se están «produciendo grandes desplazamientos en los centros de gravedad del poder mundial».

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