Mañana comienza el juicio

La noche del crimen

La noche del 24 de enero de 1977, en la que fue cometido un quíntuple asesinato por un grupo de pistoleros de extrema derecha, pasará a la historia trágica de nuestro país.

Una nota de la policía facilitada poco antes de las tres de la madrugada del día 25 señalaba que «a las 22.55 horas de la noche anterior se reciben en el 091 varias llamadas de vecinos de la Finca 55 de la calle de Atocha, informando que en el piso tercero izquierda se había producido un tiroteo y varias personas se encontraban gravemente heridas».Poco después de las diez y media de la noche, el ordenanza del despach...

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La noche del 24 de enero de 1977, en la que fue cometido un quíntuple asesinato por un grupo de pistoleros de extrema derecha, pasará a la historia trágica de nuestro país.

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Una nota de la policía facilitada poco antes de las tres de la madrugada del día 25 señalaba que «a las 22.55 horas de la noche anterior se reciben en el 091 varias llamadas de vecinos de la Finca 55 de la calle de Atocha, informando que en el piso tercero izquierda se había producido un tiroteo y varias personas se encontraban gravemente heridas».Poco después de las diez y media de la noche, el ordenanza del despacho laboralista de la calle de Atocha, Angel Rodríguez, abrió la puerta al oír el timbre. Ante él empuñaban armas unos desconocidos. Fernández Cerrá y García Juliá descargarían unos minutos más tarde sus pistolas sobre los nueve ocupantes del despacho, causando cinco muertos y heridas a los restantes. Lerdo de Tejada, el tercer pistolero, se quedó en la puerta.

Aquella tarde se habían reunido en el despacho un grupo de abogados con unos ochenta representantes de transportes privados para tratar sobre la huelga del transporte que se desarrollaba en esos días Poco después de las diez y media de la noche se marcharon los trabajadores y quedaron los abogados

Según la nota policial, inmediatamente después de tener conocimiento del tiroteo se desplazaron hacia el lugar de los hechos ambulancias y efectivos policiales, alertándose seguidamente a todas las dependencias de la Jefatura Superior de Policía.

La noticia de la matanza se extendió rápidamente por Madrid y se temió una noche de cuchillos largos. El suceso fue calificado posteriormente por observadores en el extranjero como el más grave del posfranquismo.

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La matanza de Atocha, reivindicada al día siguiente por la Alianza Apostólica Anticomunista de España (Triple A), se inscribe dentro de un período de violencia entre el final de 1976 y los primeros meses de 1977, etapa que comprendió el referendo sobre el cambio político y las primeras elecciones generales democráticas del 15-J

Entre el secuestro de Antonio María de Oriol y Urquijo, presidente del Consejo de Estado, a cargo de los GRAPO, el día 11 de diciembre de 1976 y el día 11 de febrero de 1977, festividad de la Virgen de Lourdes, en que fue liberado, el país vivió la suficiente tensión como para que el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, cancelara el día 25 de enero su viaje a Oriente Próximo.

La tensión tuvo su punto álgido en la semana del 23 al 29 de enero. El día 23, un turbio personaje vinculado a Fuerza Nueva, José Fernández Gauza -actualmente aún desaparecido- asesina al joven Arturo Ruiz en la madrileña calle de La Estrella durante una manifestación pro-amnistía. Otra manifestación, al día siguiente, en protesta por el asesinato del día anterior, cuesta la vida a la joven María Luz Nájera por el disparo de un bote de humo de los utilizados por las fuerzas antidisturbios, sin que se haya sabido todavía quién lo disparó. Este mismo día 24 los GRAPO secuestran al teniente general Villaescusa Quilis, presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar. Esa misma noche se produce la matanza de Atocha.

Al día siguiente se realizó el entierro, que partió desde el Palacio de Justicia. Asistió una impresionante multitud de personas, cuyo silencio produjo la nota más descollante del mismo. El Consejo de Ministros, reunido este día, hizo una serie de precisiones sobre su firme deseo de establecer la democracia, no tolerar la violencia y aplicar con rigor la ley, para lo cual prohíbe las manifestaciones y anuncia la requisa de armas y expulsión del país a los extranjeros relacionados con organizaciones extremistas.

Dos días más tarde, los GRAPO asesinan a dos policías armados a la puerta de una sucursal de la Caja Postal de Ahorros en la calle Padre Piquer, como represalia, según su reivindicación, por la matanza de Atocha.

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