Extraordinarias medidas de seguridad en la apertura

ENVIADO ESPECIAL, Entre extraordinarias medidas de seguridad, jamás vistas en un encuentro de este tipo, el presidente venezolano, Luis Herrera Campins, inauguró ayer la 55 conferencia ordinaria de ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Más de setecientos periodistas de todo el mundo, la mayoría norteamericanos, han acudido a Caracas para informar sobre la reunión del cartel petrolífero, que tiene en un puño las economías del mundo industrializado.

En el hotel Tamanaco, de la cadena de hoteles Intercontinental. en un precioso y tropical escenario. Herrera Camp...

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ENVIADO ESPECIAL, Entre extraordinarias medidas de seguridad, jamás vistas en un encuentro de este tipo, el presidente venezolano, Luis Herrera Campins, inauguró ayer la 55 conferencia ordinaria de ministros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Más de setecientos periodistas de todo el mundo, la mayoría norteamericanos, han acudido a Caracas para informar sobre la reunión del cartel petrolífero, que tiene en un puño las economías del mundo industrializado.

En el hotel Tamanaco, de la cadena de hoteles Intercontinental. en un precioso y tropical escenario. Herrera Campins lanzó un duro ataque a los países consumidores de petróleo y sorprendió también a sus propios conciudadanos cuando el presidente de Venezuela, país íntimamente ligado al área del dólar, acusó a Estados Unidos y su política monetaria de ser los responsables del caos económico en el que parece que se adentra el mundo.

La intervención de Herrera Campins, que también arremetió contra las compañías internacionales del petróleo, quizá contrastó con las posiciones relativamente moderadas de su país en el seno de la OPEP.

En su intervención, única que pudo ser escuchada por la prensa (las reuniones OPEP se celebran a puerta cerrada), Herrera Campins se congratuló de la propuesta conferencia de jefes de Estado de los países miembros de la OPEP, que presuntamente tendrá lugar en el verano del año 1980. Herrera Campins defendió también la necesidad de mantener la solidaridad entre los países miembros del cartel, extremo este que quizá sea el más revelador de las tensiones internas y políticas que atraviesa la organización.

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