La policía impidió la concentración en el Ayuntamiento de Santiago

Las primeras horas de la noche de ayer marcaron en la ciudad de Santiago de Compostela una intensificación del clima de contestación universitaria que se está produciendo. Al mismo tiempo, los partidos políticos y fuerzas sindicales y sociales que habían convocado una concentración de protesta por la marcha del proceso autonómico no pudieron realizarla dada la fuerte vigilancia policial en la plaza del Obradoiro, donde está la sede de la Junta. El gobernador civil de La Coruña, Pedro Gómez Aguerre, ordenó la vigilancia policial de la plaza y la prohibición absoluta de acceso a la misma. Al mis...

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Las primeras horas de la noche de ayer marcaron en la ciudad de Santiago de Compostela una intensificación del clima de contestación universitaria que se está produciendo. Al mismo tiempo, los partidos políticos y fuerzas sindicales y sociales que habían convocado una concentración de protesta por la marcha del proceso autonómico no pudieron realizarla dada la fuerte vigilancia policial en la plaza del Obradoiro, donde está la sede de la Junta. El gobernador civil de La Coruña, Pedro Gómez Aguerre, ordenó la vigilancia policial de la plaza y la prohibición absoluta de acceso a la misma. Al mismo tiempo, el alcalde en funciones de Santiago, señor González León, de Coalición Democrática (CD), y el presidente de la Junta de Galicia, José Quiroga, discutieron a su vez el cierre del palacio de Rajo, sede de ambos organismos. Sólo un reducido grupo de alcaldes y concejales que habían llegado desde distintos puntos gallegos pudieron permanecer en el hall del Ayuntamiento y celebrar en él un breve acto de reivindicación autonómica, en el que acordaron convocar para hoy una jornada por la dignidad nacional de Galicia. Algunos líderes políticos, entre los que estaba el senador socialista Antonio Carro, condenaron con dureza las medidas de prohibición adoptadas por el gobernador coruñés.En varios puntos de las carreteras gallegas se detectaron ayer rigurosos controles efectuados por la Guardia Civil, que sirvieron, según portavoces políticos, para obstaculizar el desplazamiento a Santiago de los gallegos que se dirigían a la concentración. La jornada tuvo eco en distintos centros de trabajo de La Coruña, El Ferrol, Vigo, Villagarcía, Orense y otros lugares, a través de asambleas, pequeñas concentraciones y breves paros.

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Las noticias que durante el día de ayer fueron llegando a Galicia desde Madrid agravaron la preocupación autonómica que se detecta en los medios políticos más sensibilizados hacia este tema y que parece haber producido un inesperado y repentino efecto despertador de los gallegos. Antonio Carro, senador del PSOE, lo decía en Santiago, con palabras entrecortadas por una incontenida excitación, afirmando que «el Ayuntamiento debería ser casa del pueblo y no casa de la fuerza pública, como está sucediendo hoy». El mismo senador añadiría que «no nos van a callar, y lo que hay que hacer es convertir esto en un acto de reafirmación nacionalista».

Cuando los escasos concentrados, menos de cien, abandonaron pacíficamente el Ayuntamiento cantando el himno gallego, el comisario jefe de Santiago los abordó y ordenó a la Policía Nacional cargar contra ellos. Se produjeron dos detenciones, una de ellas la del secretario de implantación política del PSOE de Galicia, Xan Cornide.

Los hechos de ayer en Santiago constituyeron, en opinión de los portavoces de las fuerzas que habían convocado el acto del Obradoiro, «una nueva y grave provocación al sentimiento nacional de Galicia y, en sí mismo, un nuevo ultraje a los gallegos», según declaró a EL PAIS Carlos Vázquez, del POG. La idea acordada a la vista de los sucesos es la de que en cada corporación, en cada lugar de trabajo, en las instituciones docentes y culturales, en los sindicatos, en todo el cuerpo social gallego, se trate, durante el día de hoy, de buscar nuevas formas de lucha por la dignidad de Galicia. « Son ya demasiados agravios los que estamos recibiendo», declaró a EL PAIS el senador Carro, «y es necesario que se dé una respuesta antes de que UCD consiga hacernos su burla definitiva».

Por otra parte, sesenta profesores de la Universidad de Santiago celebraron una reunión extraordinaria para tratar la situación derivada de este asunto y firmaron un escrito de apoyo a las aspiraciones autonómicas progresistas y de condena a los recortes autonómicos. Actitud parecida fue adoptada igualmente por la junta de la facultad de Derecho.

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La casi totalidad del comercio de Santiago y buena parte de la hostelería de la misma ciudad cerraron dos horas, a mediodía de ayer, para sumarse a la protesta a petición de la Corporación compostelana. En esto se está dando la circunstancia de que algunos munícipes de UCD, tal es el caso de Santiago, secundan activamente la protesta estatutaria y firman incluso duras condenas dirigidas al presidente de la Comisión Constitucional y al presidente Suárez. Algunos de estos concejales se sumaron también al encierro que tuvo lugar durante la noche del martes en el Ayuntamiento compostelano.

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