La CEE piensa recortar en 1980 las licencias pesqueras españolas

«Este tipo de negociaciones nunca van ni bien ni mal en la primera reunión», declaró el embajador de España ante la CEE, Raimundo Bassols, al término de la primera sesión negociadora para discutir las bases del acuerdo pesquero entre España y el Mercado Común, válido para 1980. Este «ni bien ni mal» da la medida, probablemente justa, de que habrá serios problemas para concluir un «compromiso» aceptable en el litigio pesquero España-CEE, tras la aplicación por parte comunitaria de restricciones a los barcos españoles y otros para faenar en la zona de las doscientas millas de aguas comuni...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

«Este tipo de negociaciones nunca van ni bien ni mal en la primera reunión», declaró el embajador de España ante la CEE, Raimundo Bassols, al término de la primera sesión negociadora para discutir las bases del acuerdo pesquero entre España y el Mercado Común, válido para 1980. Este «ni bien ni mal» da la medida, probablemente justa, de que habrá serios problemas para concluir un «compromiso» aceptable en el litigio pesquero España-CEE, tras la aplicación por parte comunitaria de restricciones a los barcos españoles y otros para faenar en la zona de las doscientas millas de aguas comunitarias. Oficialmente, el embajador afirmó que no se «habló de cifras», refiriéndose a cupos o licencias. Se sabe, sin embargo, que las posiciones de partida son muy distantes. La CEE alega una reducción de capturas para su propia flota, en virtud de la escasez de reservas pesqueras. España replica que es futuro Estado miembro de la Comunidad Europea y añade datos precisos de la repercusión socio-económica que tendría para la zona norte-cantábrica una nueva reducción de acceso a las aguas de la CEE.Aunque, según la versión oficial, no se habló de cifras, pueden recordarse las más significativas que se barajan cara a un posible acuerdo. Actualmente, España cuenta con un cupo de 15.500 toneladas de merluza (más pesca asociada), que pueden capturarse con un total de doscientas licencias. Las cifras barajadas, a nivel de expertos, por parte comunitaria serán sensiblemente inferiores para 1980. De momento se mueven en unas especulaciones, siempre hacia abajo, que oscilan entre 8.000 y 12.000 toneladas para la merluza, con unas licencias que variarían entre las 120 y las 165. Presentar tal reducción como un «compromiso» aceptable sería muy difícil para la Administración española. La CEE debería tenerlo en cuenta, si no quiere provocar un sentimiento de desengaño entre la opinión pública española en vísperas de convertirse en ciudadanos de una misma comunidad.

Miguel Aldasoro, subsecretario de Pesca y Marina Mercante, leyó ante la delegación comunitaria un amplío informe que exponía la intención de Madrid de «cambiar la óptica" de la negociación pesquera para un futuro Estado miembro. Tampoco España está de acuerdo con los argumentos técnicos comunitarios que aconsejan una disminución de capturas, sobre todo en especies como la merluza, tradicionalmente consumidas en España, y no en los países de la CEE, con carácter de pescado fresco, no transformable para la exportación. Raymond Simonnet, responsable de la Dirección General de Pesca de la CEE, argumentó, sin razones, que los armadores españoles no respetan siempre las normas comunitarias que figuran en las licencias de pesca y no comunican cuando faenan en aguas comunitarias.

Archivado En