Cartas al director

EL PAÍS y las abortadoras

Nos permitimos manifestar una profunda repulsa por la grave e ínjusta inconsecuencia que comporta la declaración de 1.357 mujeres españolas en favor de1a despenalización del aborto.Ante todo hay que denunciar una vez más el indignante sofisma en el que fundamentan su pretensión, sofisma que se reduce a estos términos: en España está prohibido el aborto y en otros países no lo está; en España hay mujeres ricas que pueden ir a abortar a esos otros países y mujeres pobres que no pueden hacerlo, lo cual supone una grave iniquidad, en consecuencia, lo procedente es permitir el aborto en España ...

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Nos permitimos manifestar una profunda repulsa por la grave e ínjusta inconsecuencia que comporta la declaración de 1.357 mujeres españolas en favor de1a despenalización del aborto.Ante todo hay que denunciar una vez más el indignante sofisma en el que fundamentan su pretensión, sofisma que se reduce a estos términos: en España está prohibido el aborto y en otros países no lo está; en España hay mujeres ricas que pueden ir a abortar a esos otros países y mujeres pobres que no pueden hacerlo, lo cual supone una grave iniquidad, en consecuencia, lo procedente es permitir el aborto en España para que todas las que quieran puedan hacerlo y se termine así con tan injusta desigualdad.

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De acuerdo que es injusto que las mujeres ricas puedan ir a Londres y las pobres no. Pero, obviamente, esta injusticia no se puede arreglar con otra injusticia mayor: consentir que todas las mujeres que lo deseen maten libremente en España a las criaturas de sus vientres. ¿No sería lógico, por la misma razón, tolerar a todas las mujeres con embarazos no deseados robar un millón de pesetas, por ejemplo?

Nos parece muy correcto que 1.357 mujeres españolas se preocupen por la suerte de las pobres desasistidas que abortan. Efectivamente, hay que ayudarlas. Pues bien, que las ayuden, que las apoyen, que les den dinero, amistad o buena orientación. Cualquier cosa menos incitar al Estado a que permita «interrumpir embarazos» a todo el mundo.

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