Tribuna:

Víctima de la "primavera de Praga"

En la noche del 23 de agosto de 1968, Brejnev, Podgorni y Suslov esperaban en el Kremlin a la segunda delegación de altos funcionarios checoslovacos, presidida por el jefe del Estado, Ludvik Svoboda.Desde el primer momento, las conversaciones fueron tensas. Svoboda solicitó ver a sus compañeros Dubcek, Cernik y Kriegel, prácticamente secuestrados de Praga hora antes. Ante la primera negativa soviética, el viejo general checoslovaco sacó un revólver delante de Brejnev y, apuntándolo a sus -sienes, dijo: «Leónidas Brejnev, si no veo a mis compañeros, estoy dispuesto a suicidarme, pero nad...

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En la noche del 23 de agosto de 1968, Brejnev, Podgorni y Suslov esperaban en el Kremlin a la segunda delegación de altos funcionarios checoslovacos, presidida por el jefe del Estado, Ludvik Svoboda.Desde el primer momento, las conversaciones fueron tensas. Svoboda solicitó ver a sus compañeros Dubcek, Cernik y Kriegel, prácticamente secuestrados de Praga hora antes. Ante la primera negativa soviética, el viejo general checoslovaco sacó un revólver delante de Brejnev y, apuntándolo a sus -sienes, dijo: «Leónidas Brejnev, si no veo a mis compañeros, estoy dispuesto a suicidarme, pero nadie te creerá cuando lo digas.» La reunión entre dirigentes checos fue autorizada.

Había algunas dudas sobre la complicidad de Svoboda en la invasión de 1921. Horas antes de comenzar el ataque había mantenido una entrevista secreta con el embajador soviético en Praga, Chervenko, y permaneció impasible cuando se anunció el ataque.

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Svoboda, sin dejar de ser un militar nacionalista, sentía simpatías hacia la URSS, donde hizo su carrera. Por ello, siendo ministro. de Defensa, propició en cierta manera el golpe comunista de 1948 contra el Gobierno parlamentario de Benes. Víctima de las depuracionés stalinistas, vuelve a escena a finales delos cincuenta, con ocasión de una charla en Praga entre Kruschev y Novotni. El primero preguntó.: «¿Qué es de mi buen amigo el general Svoboda?» Estaba de contable en una granja, pero veinticuatro horas después de esta pregunta se presentaba a Kruschev con sus mejores galas y condecoraciones militares.

Brejnev lo impuso como jefe del Estado checo en marzo de 1968, como mal menor a la caída en desgracia del stalinista novotni y en base a su respetabilidad nacional. Su primera oposición a la normalización soviética se fue debilitando paulatinamente y acabó por aceptar la gestión prosoviética de Husak y Bilak, siendo una figura decorativa hasta mayo de 1975, en que el primero le sustituyó a la eabeza del Estado. Pocas semanas antes, la prensa oficial había comenzado una amplia campaña contra todo lo que. recordaba la «primavera de Praga».

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